En el exilio

La callada presencia de Dios en nuestras vidas
¿Por qué no se nos muestra Dios más directa y poderosamente, de modo que haga más fácil la fe? Esa es una buena pregunta, para la cual, en parte, no hay una respuesta totalmente satisfactoria. Pero la respuesta que tenemos radica en entender la manera en la cual Dios se manifiesta en nuestras vidas y en nuestro mundo.

El acta de nuestro juicio
Los relatos bíblicos de la Pasión y Muerte de Jesús centran mucho la atención en su juicio, describiéndolo larga y detalladamente. Y hay una enorme ironía en la manera como está descrito. Jesús es enjuiciado, pero la historia está escrita de tal modo que, en realidad, todos están sometidos a juicio, excepto Jesús.

El huerto de Getsemaní
Hace varios años, Mel Gibson produjo y dirigió una película que gozó de una espectacular popularidad. Titulada “La Pasión de Cristo”, la película representa el itinerario pascual de Jesús desde el huerto de Getsemaní hasta su muerte en el Gólgota, pero con muy fuerte énfasis en su sufrimiento físico.

La necesidad de compartir nuestras riquezas con los pobres
Necesitamos dar algunas de nuestras posesiones con el fin de estar sanos. La riqueza que se acumula corrompe siempre a aquellos que la poseen. Todo don que no es compartido se corrompe. Si no somos generosos con nuestros dones, seremos envidiados con amargura y finalmente nos volveremos amargados y rencorosos.

Suspirando más allá de las palabras: Un modo más profundo de orar
Cuando ya no sabemos cómo orar, el Espíritu, en gemidos demasiado profundos para ser expresados en palabras, ora a través de nosotros. San Pablo escribió esas palabras, que contienen una sorprendente revelación y un admirable consuelo, a saber, hay una profunda oración que se da dentro de nosotros más allá de nuestra conciencia e independiente de nuestros deliberados esfuerzos

Lo que nos hacen las noches oscuras
Después de que la Madre Teresa murió, sus diarios revelaron algo que impactó a mucha gente: durante los últimos 60 años de su vida -desde los 27 hasta los 87, en que murió- luchó por imaginar que Dios existía, y no tuvo la menor experiencia afectiva ni de la persona ni de la existencia de Dios.
El beso de Dios en el alma
¿Cuál es la verdadera raíz de la soledad humana? ¿Un defecto en nuestro modo de ser? ¿La insuficiencia y el pecado? ¿O dice todo la famosa frase de san Agustín: Nos has hecho para ti, Señor, y nuestros corazones están inquietos hasta que descansen en ti?
Inclinar y levantar nuestras cabezas
Al final de cada liturgia católica romana, se invita al pueblo a recibir una bendición. Esa invitación es expresada con estas palabras: Inclinad vuestras cabezas e implorad la bendición de Dios. La idea existente tras eso, obviamente, es que una bendición sólo puede serrecibida verdaderamente en reverencia, en humildad, con la cabeza inclinada, y con el orgullo y la arrogancia subyugados y silenciosos.
Siempre yendo delante de nuestras almas
En su libro El Dios Instinct, Tom Stella cuenta esta historia: Unos hombres que se ganaban la vida como mozos de servicio fueron alquilados un día para portar un gran cargamento de materiales para un grupo en un safari. Sus cargamentos eran inusitadamente pesados, y la incursión a través de la jungla se realizaba por un escabroso sendero.
Sólo en el silencio
La escritora espiritual belga, Bieke Vandekerckhove, aprendió lo que sabe honestamente. No aprendió de un libro o de el buen ejemplo de otros. Sino que aprendió a través del crisol de un sufrimiento único, al ser golpeada a la tierna edad de 19 años con una enfermedad terminal que vaticinaba no solo una muerte prematura sino también la completa quiebra y humillación de su cuerpo camino de la muerte.
El significado de la Navidad. Conectando los puntos entre el pesebre y la cruz
Las historias que nos ofrece el Evangelio sobre el nacimiento de Jesús no son una simple repetición de los hechos que tuvieron lugar entonces en el establo de Belén. En sus comentarios sobre el nacimiento de Jesús, el renombrado erudito escriturista Raymond Brown destaca que estas narraciones fueron escritas mucho después de que Jesús ya había sido crucificado y había resucitado de entre los muertos, y que están influidas por lo que significan su muerte y resurrección.