En el exilio
La no-violencia de Dios
En su profundamente agudo libro “La violencia desvelada”, Gil Bailie nos lleva a través de una interesante sección de diarios del capitán James Cook, el afamado científico y explorador británico
Los peligros de autodefinirnos
Hoy día -dada la rapidez y cambio de nuestro mundo, el cúmulo de información que se nos da por las nuevas tecnologías, la rapidez con la que el conocimiento pasa ahora por nuestras vidas, …, oyes ocasionalmente a alguien decir, por lo general, al poco de ofrecer una opinión sobre algo: “De todas maneras, ¿qué sé yo?”. Buena pregunta: De todas maneras, ¿qué sabemos nosotros?
Mis diez libros favoritos de 2013
“De gustibus non est disputandum” -que tiene su doble español en “De gustos no hay nada escrito”- es una famosa frase de san Agustín en la que sugiere que el gusto es algo subjetivo y lo que le atrae a una persona puede ser que no le guste a otra. Bajo ese dosel, me gustaría recomendaros los siguientes libros. De entre los que leí en 2013
Navidad: sus escabrosos orígenes y sucesión
Si alguien que nunca hubiera escuchado la historia de Jesús preguntara a cualquiera de nosotros sobre sus orígenes, empezaríamos, sospecho, con el relato de su anunciación y nacimiento y terminaríamos con la narración de su resurrección y ascensión. Mientras esto distrae su atención, este modo no es como los evangelios comienzan y terminan su narración.
Permanecer despiertos
Ninguno de nosotros vive cada día de su vida como si ese fuera el último. Nuestros pesares, dolores de cabeza, distracciones y ocupaciones nos llevan invariablemente al sueño. Eso es perdonable; es lo que significa ser humanos.
Toda lágrima acerca al Mesías
“La gente está siempre impaciente, pero Dios nunca tiene prisa”. Nikos Kazantzakis escribió estas palabras, que iluminan una importante verdad: Necesitamos ser pacientes, infinitamente pacientes con Dios. Necesitamos permitir a las cosas manifestarse en su propio tiempo, el tiempo de Dios.
El sexo y nuestra cultura
Sospecho que nunca una generación en la historia ha experimentado tanto cambio como el que nosotros hemos experimentado en los últimos sesenta años. Ese cambio es no sólo en las áreas de la ciencia, la tecnología, la medicina, los viajes y las comunicaciones; es sobre todo en el área de nuestra infraestructura social, de nuestros comunales códigos de valores.
Sensibles a la comunidad, más allá de nosotros mismos
Hace algunos años, fui demandado por un obispo en relación a un artículo que yo había escrito. Estábamos conversando en su oficina, y el tono alcanzó de momento cierta tensión: “¿Cómo puede Vd. escribir algo semejante?”, preguntó. “Porque es verdad”, fue mi brusca respuesta.
La ocultación de Dios y la oscuridad de la fe
Cuando al principio empecé a enseñar teología, soñaba con escribir un libro sobre la ocultación de Dios. ¿Por qué Dios permanece escondido e invisible? ¿Por qué Dios no se muestra sencillamente de un modo que nadie pueda cuestionar?
Nuestros hermanos musulmanes
Este no un es buen tiempo para ser musulmán en el mundo occidental. Mientras la violencia perpetrada por grupos islámicos radicales tales como ISIS, Al Qaeda y Boko Haram viene a ser más y más prevalente, un inmenso número de gente se está volviendo paranoide a propósito de esto e incluso abiertamente hostil hacia la religión del Islam, viendo a todos los musulmanes como una amenaza.
Falta de cofianza en uno mismo para la grandeza
Todos nosotros tenemos nuestras propias imágenes de grandeza en cuanto éstas atañen a la virtud y santidad. Por ejemplo, pintamos a san Francisco de Asís besando a un leproso; o a Madre Teresa acariciando públicamente a un mendigo agonizante; o a Juan Pablo II de pie ante una multitud de millones de personas a quienes dice cuánto las quiere; o Teresa de Lisieux diciendo a una compañera de comunidad que ha sido deliberadamente cruel con ella, cuánto la ama; o incluso la Verónica, icono de la escena de la pasión, que en medio de todo el temor y la brutalidad del camino de la cruz se abalanza a enjugar el rostro de Jesús.







