Solemne se levantan las palmeras en medio de los desnudos campos del interior del Paraguay.

Solemne se levantan las palmeras en medio de los desnudos campos del interior del Paraguay.
La tierra huele. Un aroma manso la envuelve tiernamente. Es tierra austera, sufrida, campesina.
Paulino permanece postrado en su lecho humilde un día tras otro y otro …
Hace tiempo comprendí que te gustan las casas de los pobres, de los pequeños, donde habitan tus íntimos.
Esta mañana he vuelto a oír su voz en las risas de los niños, en el duro campo, en las casas dolientes, en los cuerpos sanos.
Dejan huellas de rabia, dolor, bondad, inocencia, libertad… Buscan un hogar donde descansar.
He viajado a mi interior sin prisas, despacio, rastreando las huellas que van dejando los años.
Hoy, vuelve a visitarme la vida. Hoy vuelve a nacer el día. Todo tiene fragancia, dirección, nombre, brillo, ondulación.
Poblado está el cielo de vuestros cantos.
Permíteme que te hable lapacho por primera vez.
Yhú, pueblo sereno, quieto, recogido. Pueblo con piedras y arenas, abierto como una mano extendida, con anchura y claridad, con polvo en sus caminos.