La Vírgen María junto a la cruz del Señor
El 18 de febrero de este año 2015 comenzaba el itinerario cuaresmal. Avanzamos en él como Jesús avanzaba camino de Jerusalén. Deseamos que, en las jornadas de esta vía, nos acompañe la maestra de dolores, la mujer fuerte, la compañera del Redentor, la que cooperó a nuestra vida.
Madre dolorosa
El templo de Jerusalén atraía el corazón del pueblo judío. Cualquier tiempo era propicio para acudir al encuentro con Dios, habitante del templo. Moisés había mandado que toda mujer judía, que hubiera dado a luz, acudiera al templo cuarenta días después del parto (Lv 5,7; 12,8). Allí se purificaría y confesaría a Dios como único Señor de la vid
La Madre del Señor (Lc 1,26-38)
Esta página evangélica suele llamarse «La Anunciación». Con este nombre ha sido inmortalizada por las traducciones bíblicas y por las artes.
Palabra de María (V)
Si de la vida de María sabemos pocas cosas, menos sabemos de la de San José. Por eso quisiera dejar volar la imaginación y meter, como si fuéramos periodistas, cámara y micrófonos, en algún rinconcito de aquel taller de Nazaret. Reconstruyamos la escena, que bien pudiera ser de un día 19 de marzo.
Palabra de María (IV)
Aunque nos gustaría saber más cosas del Jesús que fue niño, lo que hacía, cómo aprendía, damos un salto en el tiempo para pasar a conocer detalles sobre cómo vivió María el ministerio (y el misterio) de su hijo. Nos paramos en dos escenas: las bodas de Caná y cuando su madre y sus hermanos fueron a hablar con Jesús.
Palabra de María (III)
El momento del Nacimiento fue especial. Cada vez que se repite el gran milagro de la vida humana sucede algo especial. Muy especial fue aquella bendita noche, la Noche Buena.
La Vírgen María junto a la cruz del Señor
El 18 de febrero de este año 2015 comenzaba el itinerario cuaresmal. Avanzamos en él como Jesús avanzaba camino de Jerusalén. Deseamos que, en las jornadas de esta vía, nos acompañe la maestra de dolores, la mujer fuerte, la compañera del Redentor, la que cooperó a nuestra vida.
Madre dolorosa
El templo de Jerusalén atraía el corazón del pueblo judío. Cualquier tiempo era propicio para acudir al encuentro con Dios, habitante del templo. Moisés había mandado que toda mujer judía, que hubiera dado a luz, acudiera al templo cuarenta días después del parto (Lv 5,7; 12,8). Allí se purificaría y confesaría a Dios como único Señor de la vid
La Madre del Señor (Lc 1,26-38)
Esta página evangélica suele llamarse «La Anunciación». Con este nombre ha sido inmortalizada por las traducciones bíblicas y por las artes.
Palabra de María (V)
Si de la vida de María sabemos pocas cosas, menos sabemos de la de San José. Por eso quisiera dejar volar la imaginación y meter, como si fuéramos periodistas, cámara y micrófonos, en algún rinconcito de aquel taller de Nazaret. Reconstruyamos la escena, que bien pudiera ser de un día 19 de marzo.
Palabra de María (IV)
Aunque nos gustaría saber más cosas del Jesús que fue niño, lo que hacía, cómo aprendía, damos un salto en el tiempo para pasar a conocer detalles sobre cómo vivió María el ministerio (y el misterio) de su hijo. Nos paramos en dos escenas: las bodas de Caná y cuando su madre y sus hermanos fueron a hablar con Jesús.