María de Nazaret

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Aquí está la esclava del Señor, cúmplase en mí lo que has dicho. – Sección patrocinada por la revista: Iris de Paz.

La Vírgen María junto a la cruz del Señor

La Vírgen María junto a la cruz del Señor

El 18 de febrero de este año 2015 comenzaba el itinerario cuaresmal. Avanzamos en él como Jesús avanzaba camino de Jerusalén. Deseamos que, en las jornadas de esta vía, nos acompañe la maestra de dolores, la mujer fuerte, la compañera del Redentor, la que cooperó a nuestra vida.

María, zarza ardiente

María, zarza ardiente

Serguei Bulgakov, quizá el mayor teólogo ruso, ha escrito: “La Iglesia Or­todoxa venera a la Virgen María como «más digna de honor que los querubi­nes y mucho más gloriosa, sin paran­gón, que los serafines». El amor y la ve­neración de la Madre de Dios es el al­ma de la piedad ortodoxa, su corazón, que da calor y viviñca a todo el cuerpo”.

Maternidad virginal

Maternidad virginal

Hoy nos detenemos en el aspecto de la virginidad. Quedó apuntado en el otro número que el apelativo “la Vir­gen” está muy difundido. Y lo ha esta­do siempre.

Reina de la Familia

Reina de la Familia

El Papa Juan Pablo II, recientemente canonizado, aprobó un Decreto de la Congregación para el culto divino, que incluye, de manera oficial para toda la Iglesia la invocación “Reina de la Familia” en la letanía Lauretana.

María, la mujer creyente

María, la mujer creyente

De distintos santos se ha dicho que eran dignos de admirar por sus asombro­sas proezas ascéticas, pero imposibles de imitar. El Concilio enseña que la santidad de María fue, ya desde el primer instante, enteramente singular (LG 56), y añaden que fue una santidad arcana, profunda (nº 64); pero los Padres sinodales se cui­daron mucho de declarar que María es in­imitable.

Madre dolorosa

Madre dolorosa

El templo de Jerusalén atraía el cora­zón del pueblo judío. Cualquier tiempo era propicio para acudir al encuentro con Dios, habitante del templo. Moisés había mandado que toda mujer judía, que hubiera dado a luz, acudiera al templo cuarenta días después del parto (Lv 5,7; 12,8). Allí se purificaría y con­fesaría a Dios como único Señor de la vid

2 de mayo, La Inmaculada

2 de mayo, La Inmaculada

Contemplamos a María, la llena de gracia, la Inmaculada, pintada por Zurbarán, como si estuviera aún en el pensamiento de Dios, en las nubes. Y en una yuxtaposición de planos, a la vez que niña, como mujer vestida de sol y la luna por pedestal, como canta el Apocalipsis.

Mes de María, la Madre de Dios: 1 de Mayo, san José Obrero

Mes de María, la Madre de Dios: 1 de Mayo, san José Obrero

Pasado el Triduo Pascual, con la conmemoración de los misterios de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, en los que tan presente estuvo su Madre, que permaneció firme junto a su Hijo crucificado, la Iglesia y la piedad cristiana consagran el mes de mayo a honrar a la Madre de Dios.

María en el anglicanismo: gracia y esperanza en Cristo

María en el anglicanismo: gracia y esperanza en Cristo

Cerca de la costa este británica y a pocos kilómetros de la ciudad inglesa de Norwich, en la zona conocida como East Anglia, se encuentra el santuario de Nuestra Señora de Walsingham. Lo curioso de este lugar emblemático, con dos templos, es que hasta allí confluyen peregrinaciones de católicos y anglica­nos para venerar a la Virgen María.

La Vírgen María junto a la cruz del Señor

La Vírgen María junto a la cruz del Señor

El 18 de febrero de este año 2015 comenzaba el itinerario cuaresmal. Avanzamos en él como Jesús avanzaba camino de Jerusalén. Deseamos que, en las jornadas de esta vía, nos acompañe la maestra de dolores, la mujer fuerte, la compañera del Redentor, la que cooperó a nuestra vida.

María, zarza ardiente

María, zarza ardiente

Serguei Bulgakov, quizá el mayor teólogo ruso, ha escrito: “La Iglesia Or­todoxa venera a la Virgen María como «más digna de honor que los querubi­nes y mucho más gloriosa, sin paran­gón, que los serafines». El amor y la ve­neración de la Madre de Dios es el al­ma de la piedad ortodoxa, su corazón, que da calor y viviñca a todo el cuerpo”.