Adviento

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La Misericordia (5 de diciembre)

La Misericordia (5 de diciembre)

Acabamos de clausurar las celebraciones del Año Santo Jubilar de la Misericordia. El Adviento nos invita, de nuevo, a la acogida del mayor signo de misericordia divina. “Por la entrañable misericordia de nuestro Dios nos visitará el Sol que nace de lo alto”.

La Luz (3 de diciembre)

La Luz (3 de diciembre)

Si hay un símbolo que va tomando protagonismo en el Adviento es la luz. La llamada corona de Adviento, los adornos navideños, el árbol de Navidad engalanado con luces de colores, marcan el tiempo de la espera de la Nochebuena.

Con anhelo de esposa y de madre:¡Adviento!

Con anhelo de esposa y de madre:¡Adviento!

 Llega un nuevo Adviento. La Iglesia -¡miles de comunidades esparcidas por todo el mundo!- nuestra iglesia globalizada y localizada, se siente esposa, se siente madre. Aparecen en ella las señales de una impaciente espera. Aguarda. Vela. Se muestra inquieta.

Galilea (2 de diciembre)

Galilea (2 de diciembre)

 Hoy celebramos la fiesta de san Andrés, hermano de Simón Pedro, motivo para acercarnos, al atardecer, al Lago de Galilea, cuando los pescadores se disponen a faenar, a la hora de la brisa, como cuando el Creador bajó al jardín y llamó a Adán: “¿Dónde estás?

Espacios verdes (30 de noviembre)

Espacios verdes (30 de noviembre)

 Los profetas describen los tiempos mesiánicos con distintas figuras, como la del desierto convertido en vergel, repoblado con cipreses, alerces, acacias, olivos, mirtos…, y árboles de hoja perenne. 

El Monte del Señor (1 de diciembre)

El Monte del Señor (1 de diciembre)

El camino de Adviento se nos presenta como el ascenso al Monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob, al Santuario, al Monte Sión, a la ciudad santa de Jerusalén…

“Consolad, consolad” (7 de diciembre)

“Consolad, consolad” (7 de diciembre)

A veces me parece que la exhortación del profeta puede sonar a sentimiento blando, procedente de un buenismo compasivo, sin realismo. Y, sin embargo, siento la llamada al ministerio de la escucha, del acompañamiento entrañable, del que el papa Francisco me ha hecho mensajero…

El desierto (6 de diciembre)

El desierto (6 de diciembre)

 El desierto se nos representa como tierra yerma, sin agua, estéril, donde acampa la desolación, la desesperanza, la tentación, la sed, y surge el vértigo de la soledad, y hasta el mal deseo de aniquilarse. 

La Misericordia (5 de diciembre)

La Misericordia (5 de diciembre)

Acabamos de clausurar las celebraciones del Año Santo Jubilar de la Misericordia. El Adviento nos invita, de nuevo, a la acogida del mayor signo de misericordia divina. “Por la entrañable misericordia de nuestro Dios nos visitará el Sol que nace de lo alto”.

El Tocón (4 de diciembre)

El Tocón (4 de diciembre)

Quizá la razón del adorno de un abeto o de un pino con luces y espumillón, que poco a poco se impone en el tiempo de Adviento y Navidad, sea el deseo de producir un clima festivo y  hogareño, cálido, sin un sentido explícito religioso.

La Luz (3 de diciembre)

La Luz (3 de diciembre)

Si hay un símbolo que va tomando protagonismo en el Adviento es la luz. La llamada corona de Adviento, los adornos navideños, el árbol de Navidad engalanado con luces de colores, marcan el tiempo de la espera de la Nochebuena.