Amor pastoral amor esponsal
El anillo es un signo nupcial. Lo llevan los esposos. El obispo lo recibe en su consagración episcopal.
Dodecálogo de la navidad matrimonial
Es Navidad cuando avivamos la fe en nuestro amor conyugal.
Hacerte feliz
“La misión de mi vida es hacerte feliz”. Expresiones como ésta suelen utilizarse en declaraciones de amor. Al menos en las películas de amor. Está dentro del arrobamiento que implica la experiencia de enamoramiento. Puede ser que en tiempos posmodernos esta pretensión tenga una reminiscencia demasiado romántica. Puede ser que no conmueva a los jóvenes actuales.
La fuerza del Amor
Es frecuente oír decir que el matrimonio es una cuestión de amor. Si se acaba el amor, se acaba el matrimonio.
Mesa y sofá
Hemos pasado de una familia con forma de mesa camilla a una familia con forma de sofá alargado frente a una gran pantalla.
Esperanza conyugal
Existen en la vida matrimonial, como en la vida célibe, múltiples esperas cotidianas.
¿Hablamos bien de las cosas buenas?
Recientemente escuché en una de las conferencias del presidente del foro de la familia Benigno Blanco lo siguiente: “hay que hablar bien de las cosas buenas”.
¿Quien defiende el matrimonio?
Hay miles y miles de parejas que son fieles toda la vida, que se enamoran, que se unen, que se acompañan, que se desafían, se perdonan, se reconcilian, que se cuidan y se reconocen, que hacen el amor y construyen la relación de amor.
Pareja y pasión
En nuestros días se han modificado las expectativas con respecto a la vida misma, a lo que se pide y se espera de ella. Falta romanticismo y sobre pragmatismo.
Lugares de gracia conyugal
Hay lugares que tienen gracia. Y me refiero a la gracia como disfrute. Y a la gracia como donación humana y divina. A la relación matrimonial cada persona va con su propia historia individual, y también con sus afanes, sus sueños, expectativas, aspiraciones.
La Comunicación en el Matrimonio
El ingrediente más importante de todo matrimonio feliz es la destreza de la comunicación. Y es que sin comunicación es imposible el conocimiento del otro, del mismo modo que sin esta tampoco es posible que se de el amor.