¿Quien defiende el matrimonio?

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Ciudad Redonda. Un lugar para compartir lo que somos.Cada día nos cuentan y nos recuentan las noticias de separaciones de parejas. Aparecen en las primeas páginas. Llenan el papel cuché. Dan exclusivas y más exclusivas tanto de los casorios como de las  separaciones. Hay cientos de periodistas investigando las crisis matrimoniales del famoseo, robando instantáneas comprometedoras.

Entre unos y otros son capaces de trivializar todo lo más humano y sagrado. Lo que tocan lo estropean. Son capaces de hacer negocio con las relaciones más personales e íntimas de las personas. ¿Qué importa quien sufre? ¿Qué importan las heridas y los rencores de las personas? No importa que haya víctimas. Lo que importa es la sensación, el hecho o palabra que ellos convierten en noticia, aunque no tenga interés para nadie, sino es para la curiosidad.

No tengas miedo a encontrar alguna reflexión sensata sobre la relación entre hombre y mujer. No encontrarás una lamentación por los matrimonios rotos. Ninguna lamentación ni compasión por las personas que sufren la separación. Ninguna conciencia de las repercusiones de esta cultura de la banalidad sobre las parejas jóvenes. Naturalmente ellos son inocentes. ¡Sólo son mensajeros!

Por otro lado están las tristísimas noticias incesantes de la violencia en la vida de las parejas. Las muertes por violencia de género no cesan, parecen una maldición contagiosa. Da la impresión de que la relación conyugal es una fábrica de violencia y de muerte entre parejas, exparejas, amantes y ex -amantes.

La pregunta es: ¿a quién aprovecha el bombardeo de ataques a la relación matrimonial?. ¿Será que es un mal invento de la naturaleza y de la historia? ¿Será una institución que  produce neurosis? ¿Quién tiene interés en devaluar y desprestigiar la relación de amor matrimonial estable y creativo?

Pues a pesar de todo, la verdad es que hay miles y miles de parejas que son fieles toda la vida, que se enamoran, que se unen, que se acompañan, que se desafían, se perdonan, se reconcilian, que se cuidan y se reconocen, que hacen el amor y construyen la relación de amor. Se sienten felices. Su familia es el valor principal de su vida. Son capaces de darlo todo por su familia.  ¿Quién sigue recordando esto en los medios de comunicación? ¿Quién sigue diciendo a los jóvenes que la relación matrimonial es difícil pero apasionante; que hay que tomársela en serio; que hay que conocerse, comunicarse, hacerse transparentes, entregarse? 

Esos matrimonios siguen siendo  en esta sociedad una gran buena noticia de amor y de esperanza.