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Tiempos fuertes

I Viernes de Adviento (Is 29, 17-24; Sal 26; Mt 9, 27-31)

I Viernes de Adviento (Is 29, 17-24; Sal 26; Mt 9, 27-31)

Quizá puedes interpretar que la profecía, que describe tanta belleza, es solo un deseo. Al contemplar las circunstancias políticas actuales de los territorios de Oriente Medio, no parece que coincida la descripción de Isaías con las noticias que nos llegan constantemente de aquellos países.

I Jueves de Adviento (Is 26, 1-6; Sal 117; Mt 7, 21. 24-27)

I Jueves de Adviento (Is 26, 1-6; Sal 117; Mt 7, 21. 24-27)

La humildad no es complejo de inferioridad, sino conocimiento de la propia verdad, lo que somos ante Dios. Con esta conciencia de criatura, a la hora de tratar con Él, tomamos la actitud de quienes son bendecidos por tener un corazón sencillo y una mente obsequiosa con la manifestación divina.

I Miércoles de Adviento: (Is 25, 6-10a; Sal 22; Mt 15, 29-37)

I Miércoles de Adviento: (Is 25, 6-10a; Sal 22; Mt 15, 29-37)

La Eucaristía es el banquete que sacia; no seamos como los invitados que rehúsan acudir a la fiesta. Las fiestas de Navidad, en resonancia con esta profecía, se celebran con abundancia de manjares y bebidas. Sería una paradoja que intentáramos saciarnos con alimentos materiales y no comiéramos del manjar mejor.

I Lunes de Adviento (Is 4, 2-6; Sal 121; Mt 8,  5-11)

I Lunes de Adviento (Is 4, 2-6; Sal 121; Mt 8, 5-11)

Si gustas tu pertenencia a la Iglesia, si te sientes parte de ese resto que ha puesto su confianza en el Señor, y crees en la fuerza de la súplica, si no te avergüenzas de tu identidad cristiana, escucha la Palabra que hoy te dirige la liturgia.

Esperar y Vigilar

Esperar y Vigilar

Adviento significa Venida, Llegada. Durante este tiempo litúrgico las Iglesias cristianas se preparan para conmemorar, con el corazón y el espíritu preparado, hacer presente y celebrar con inmensa alegría el nacimiento de Jesús. Dos de las características principales de este tiempo que debemos potenciar son la esperanza y la vigilia.

Lunes tercero de cuaresma

Lunes tercero de cuaresma

Una vez más se demuestra que Dios escoge lo débil del mundo para confundir a los fuertes.

Domingo tercero de cuaresma

Domingo tercero de cuaresma

’Señor, déjala todavía este año, yo cavaré alrededor, y le echaré estiércol, a ver si da fruto, si la cortas’.

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