Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.
Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.
Hoy, ni nuestra cultura ni nuestras iglesias nos dan el permiso preciso para estar tristes. Ocasionalmente, sí, cuando un ser querido muere o nos sucede alguna tragedia particular, nos permiten estar tristes, abatidos, llorosos, no optimistas. Pero hay en nuestras vidas otras muchas ocasiones y circunstancias en las que nuestras almas están legítimamente tristes.
Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.
En el verano de 1854, el presidente de Estados Unidos, Franklin Pierce, envió a Isaac Stevens para ser gobernador del territorio de Washington, una superficie de tierra controlada por el gobierno federal. El gobernador Stevens convocó a un encuentro de jefes nativos para tratar de la tensión entre el gobierno de Estados Unidos y los nativos.
Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.
De niño, me enseñaron que tenía un ángel de la guarda, un verdadero ángel dado por Dios para acompañarme por todas partes y protegerme de todo peligro. Recuerdo una estampa piadosa que me dio mi madre y que mostraba a un niño pequeño jugando peligrosamente junto al borde de un acantilado y a un ángel protegiéndolo allí.
Ay de la castidad que no se practica por amor, pero ay del amor que excluye la castidad! Estas son las palabras de Benoit Standaert, un monje benedictino, y creo que se pueden ser provechosas para nuestra cultura de hoy, donde, en detrimento de todos, los sexualmente activos y los comprometidos con el voto de celibato por igual, la sexualidad y la castidad son generalmente vistas como opuestas entre sí, como enemigas.
Carlo Carreto fue un monje italiano que murió en 1988. Durante muchos años, vivió como eremita en el desierto del Sahara, tradujo las Escrituras a la lengua tuareg y, desde la soledad del desierto, escribió algunos extraordinarios libros espirituales.
A veces, todo lo que puedes hacer es poner tu boca en el polvo y esperar. Es un consejo del Libro de las Lamentaciones; y, aun cuando tal vez no sea la mejor respuesta a las recientes revelaciones de abuso sexual del clero y su encubrimiento en la Iglesia Católica Romana, parece la única respuesta útil disponible hoy para mí como sacerdote católico romano.
Hoy en día hay una rica literatura escrita por hombres y mujeres muy inteligentes y sensibles que podrían describirse mejor como estoicos agnósticos. A diferencia de algunos de sus homólogos ateos, cuyos ataques unilaterales contra la religión sugieren que "protestan demasiado", este grupo no protesta en absoluto. No atacan la fe en Dios; de hecho, a menudo ven las doctrinas religiosas como la creencia en la encarnación de Cristo, la creencia en el pecado original, y la creencia en la resurrección como mitos útiles que pueden tener valor para nuestro auto-entendimiento, similares a los grandes mitos del mundo antiguo.
Tomás de Aquino sugirió una vez que es un pecado no dar un cumplido a alguien cuando se lo merece porque al retener nuestros elogios estamos privando a esa persona de la comida que necesita para vivir. Tiene razón.