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Desafiando la oscuridad con las luces de Navidad

Desafiando la oscuridad con las luces de Navidad

En los días del apartheid, en Sudáfrica, una de las maneras como la gente expresaba su oposición y su convencimiento de que algún día sería vencido era encender una candela y colocarla en una ventana donde pudiera ser vista por cualquiera que pasara cerca. Una candela encendida, expuesta públicamente, constituía una declaración profética.

Mirando fijamente la luz

Mirando fijamente la luz

En su libro Kitchen Table Wisdom, Stories That Heal (Sabiduría de mesa de cocina: Historias que curan), la doctora en medicina y escritora Rachel Naomi Remen nos cuenta esta historia. Cuando ella tenía 14 años de edad, consiguió un empleo de verano trabajando como voluntaria en una residencia de ancianos. Esto no le resultó fácil. Era joven, tímida y especialmente temerosa de las personas mayores.

El linaje disfuncional de Jesús

El linaje disfuncional de Jesús

La historia completa de cómo Jesucristo vino a nacer incluye elementos que no imaginamos fácilmente cuando cantamos nuestros himnos de Navidad. El árbol genealógico y los lazos de sangre de Jesús estaban lejos de ser perfectos; y esto, según el renombrado erudito bíblico Raymond Brown, necesita ser recordado siempre que seamos inducidos a creer en Jesús pero queramos rechazar a la iglesia a causa de sus imperfecciones, escándalos e historia desgraciada. Jesús puede haber sido concebido inmaculadamente.

Rezar por los débiles y los fuertes

Rezar por los débiles y los fuertes

Cuando Jesús instituyó la Eucaristía en la Última Cena, alzó el pan y el vino como dos elementos en los que hacerse especialmente presente entre nosotros. Desde entonces, hace ya más de 2000 años, los cristianos que celebramos la Eucaristía utilizamos las mismas dos cosas, el pan y el vino, para pedir a Cristo que bendiga este mundo y traiga a nuestro mundo la presencia especial de Dios. ¿Por qué dos elementos? ¿Por qué pan y vino? ¿Qué realidad representa cada uno?

No hay ciudad permanente

No hay ciudad permanente

La Escritura nos dice que en esta vida no tenemos ciudad duradera. Es cierto. Pero, al parecer, tampoco tenemos una casa, una escuela, un vecindario, un pueblo, una dirección con código postal, ni casi nada que sea duradero. Al final, nada dura.

La terapia de una vida pública

La terapia de una vida pública

Hace más de cincuenta años, Philip Rieff escribió un libro titulado The Triumph of the Therapeutic (“El triunfo de lo terapéutico”). En él debatió que la amplia confianza en la terapia privada ascendió entonces en gran medida en el mundo secularizado porque la comunidad se había descompuesto.