Espacios

Home arrow_carrot 2right icon Espacios

Nuestra resistencia al amor

Nuestra resistencia al amor

No tiene nada de sencillo ser un ser humano. Somos un misterio para nosotros mismos, y, con frecuencia, nuestros propios peores enemigos. Nuestra complejidad interior nos ofusca y, no raramente, nos frustra. En nada es esto más cierto que en nuestra lucha con el amor y la intimidad.

El hastío. Un defecto en nosotros mismos

El hastío. Un defecto en nosotros mismos

En 2011, un libro de una escritora joven, Bieke Vandekerckhove, ganó el premio como el Libro Espiritual del Año en su nativa Bélgica. Titulado El sabor del silencio, el libro registra sus propias luchas después de serle diagnosticada, a la edad de diecinueve años, esclerosis lateral amiotrófica (ALS),

No cultivar la impaciencia

No cultivar la impaciencia

 Hace treinta y cuatro años, cuando lancé esta columna, nunca habría dicho esto: La impaciencia no es algo que deba ser cultivado, a pesar de lo romántico que podría parecer. No confundáis a Jesús con Hamlet, la paz con la inquietud, la hondura con el desagrado ni la paz genuina con la ansiedad existencial del artista. La impaciencia en nosotros no necesita ser fomentada; produce suficiente estrago por sí misma.

Oración contemplativa

Oración contemplativa

Hoy, la oración contemplativa, como es definida clásicamente y practicada popularmente, está sujeta a considerable escepticismo en algunos círculos. Por ejemplo, el método de oración comúnmente llamado Oración Centrante  (Centering Prayer), popularizado por personas como Thomas Keating, Basil Bennington, John Main y Laurence Freeman

La lucha por no hacer de Dios nuestra propia deidad tribal

La lucha por no hacer de Dios nuestra propia deidad tribal

Fui bendecido con una educación en un ambiente muy protegido y seguro. Viví mi niñez en un virtual capullo envolvente. En la lejana, rural, de primera-generación e inmigrante comunidad en la que crecí, todos nos conocíamos, todos íbamos a la misma iglesia, todos …

Programas informáticos, formato moral y vivir en pecado

Programas informáticos, formato moral y vivir en pecado

Mientras estaba completando estudios de graduado en Bélgica, viví en el American College de Lovaina. Por entonces había en la plantilla del departamento de limpieza y mantenimiento una admirable mujer de color cuya energía trajo aire fresco a nuestro lugar, pero cuya historia de matrimonio de alguna manera corrió paralela a la de la mujer samaritana del evangelio de Juan.

Relaciones inacabadas

Relaciones inacabadas

Un compañero mío, terapeuta clínico, me cuenta esta historia: Una mujer acudió a él con una considerable angustia. Su esposo había muerto recientemente de un ataque de corazón. Su muerte había sido repentina y en un momento muy inoportuno. Habían estado felizmente casados durante treinta años y, durante todos esos años, nunca habían tenido una considerable crisis en su relación.

Luchando dentro de nuestra propia piel

Luchando dentro de nuestra propia piel

He sido a la vez bendecido y maldecido por una inquietud congénita que no siempre me ha hecho fácil la vida.  Me acuerdo siendo niño correteando incansablemente por la casa, el patio, y después por lo abiertos campos de la finca de mi familia, en las praderas.

Una derrota honrosa

Una derrota honrosa

 En 1970, la afamada escritora británica Iris Murdoch escribió una novela titulada A Fairly Honorable Defeat (Una derrota bastante honrosa)La novela tenía numerosos personajes, buenos y malos, pero al fin tomó su título de las peripecias de uno de ellos, Tallis Browne, que representa todo lo que es decente, altruista y moral entre los diferentes personajes. 

Celibato – Una apología personal

Celibato – Una apología personal

Como célibe religioso con votos, soy muy consciente de que hoy el celibato, tanto vivido en un compromiso religioso como en otras circunstancias, es sospechoso, atacado y ofrece demasiado poco a sus críticos a modo de útil apología.

Ecumenismo: el camino que seguir

Ecumenismo: el camino que seguir

 Durante mi formación teológica, fui bendecido con el privilegio de recibir clases de dos eruditos católicos muy renombrados: Avery Dulles y Raymond E. Brown. El primero fue un eclesiólogo cuyos libros llegaron a ser con frecuencia libros de texto en muchos seminarios y facultades teológicas.

¡No hay eventos!

Destacados