Tres llamadas: Sábado de Ceniza

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TRES LLAMADAS

Ciudad Redonda. Un lugar para compartir lo que somos.“El Señor te dará reposo permanente, en el desierto saciará tu hambre, hará fuertes tus huesos, serás un huerto bien regado, un manantial de aguas cuya vena nunca engaña” (Is 58, 11)

“Porque tú, Señor, eres bueno y clemente, rico en misericordia con los que te invocan” (Sal 85).

-«No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a que se conviertan.» (Lc 5, 32)

CONSIDERACIÓN

La Cuaresma es tiempo de volver a Dios, tiempo para celebrar la misericordia, y experimentar la bondad divina, que supera toda debilidad. En algunas iglesias cristianas, tiempo litúrgico de preparación de la Pascua de Resurrección, desde el miércoles de Ceniza hasta el Jueves Santo, y que se caracteriza por ser un período de penitencia. 

Tiempo de gracia. No es mejor recluirse en el dolor por el propio  pecado que abrir la puerta a quien ofrece el perdón. Si hay un mensaje constante en este tiempo, es el ofrecimiento generoso de Jesús a los más menesterosos de misericordia.

LA MISERICORDIA DIVINA

Dios es clemente y misericordioso, lento a la ira, rico en clemencia, no está al acecho de los que caen como si hubiera tendido una trampa, sino vigilante para sostener a los que están a punto de  caer.

Jesús, dicen que se retrata a sí mismo de manera especial en las parábolas del “Buen Pastor”, del “Buen Padre”, y del “Buen Samaritano”.

El Evangelio asegura que hay mayor gozo en el cielo por un pecador que se convierte que por noventa y nueve justos que no necesitan conversión.

Los que han experimentado el amor divino, no cesan de cantar las misericordias de Dios y de proclamar su ternura.

Quien se resiste al ofrecimiento de aceite y vino samaritanos en sus heridas que hace la Palabra, comete una injusticia consigo mismo  por obstinarse en su soledad y dolor.

Los que han creído en el amor de Dios han dado testimonio del privilegio de la fe. Nada ni nadie consuela tanto como cuando el Señor deja sentir su abrazo de Padre, de hermano y de amigo.

Tú, hoy, puedes experimentar la verdad del medico magnánimo si te dejas amar.

    

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