Meditacion Sábado de la 1ª Semana de Adviento (3 – 12 – 2011)

3 de diciembre de 2011
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Ciudad Redonda. Un lugar para compartir lo que somos.Invocación

¡Ven, Señor Jesús!

La Palabra de la Liturgia

«Pueblo de Sión, que habitas en Jerusalén, no tendrás que llorar, porque se apiadará a la voz de tu gemido: apenas te oiga, te responderá. Aunque el Señor te dé el pan medido y el agua tasada, ya no se esconderá tu Maestro, tus ojos verán a tu Maestro. Si te desvías a la derecha o a la izquierda, tus oídos oirán una palabra a la espalda: "Éste es el camino, camina por él."

Comentario

Es bueno tener acompañamiento espiritual. El Señor se compromete a ser nuestro Maestro interior. Se deja sentir por mociones íntimas y consoladoras; quien las obedece siente paz.

Salvados en esperanza

“… nosotros necesitamos tener esperanzas -más grandes o más pequeñas-, que día a día nos mantengan en camino. Pero sin la gran esperanza, que ha de superar todo lo demás, aquellas no bastan. Esta gran esperanza sólo puede ser Dios, que abraza el universo y que nos puede proponer y dar lo que nosotros por sí solos no podemos alcanzar”. (Benedicto XVI, Spes Salvi 31)

Avisos para la travesía del desierto

No recurras a la mala memoria como argumento disuasorio, en el intento de introducirte en la vasta latitud del silencio.

Consejo

“Sin la esperanza se apaga el entusiasmo, decae la creatividad
y mengua la aspiración hacia los más altos valores” (Juan Pablo II).

Santa María del Adviento

Madre de la esperanza, mantén el ritmo de nuestra espera, colma de fe el corazón de los que sufren. Ven en auxilio de los tentados en su paciencia.

Santa María, ruega por nosotros.