EL silencio de los buenos

7 de noviembre de 2006
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« MÁS QUE LAS PALABRAS DE LOS VIOLENTOS
TEMO EL SILENCIO DE LOS BUENOS » (M Luther King)

El infierno estaba lleno, o casi.  Pero aún había una fila de personas esperando para entrar.  Salió el demonio y preguntó:
– Queda un solo sitio. ¿Quién es el peor de vosotros?  A ver, tú, ¿qué has hecho?
El hombre respondió:Ciudad Redonda. Un lugar para compartir lo que somos.
– Yo no he hecho nada. Debe haber un error.
– ¿Cómo nada?
– Sí, nada.  La verdad es que he asistido a muchísimas barbaridades: violencia, guerras y otras cosas peores.  Pero yo nunca hice nada… -respondió el hombre asustado-.
El demonio volvió a preguntar:
– Pero, ¿de verdad viste todo lo que cuentas y no hiciste nada?  No hay duda: ¡el puesto es tuyo!


    Muchos dictadores, muchos terrorismos, mucha violencia cuentan con el silencio de los que tienen miedo, de los que no quieren complicarse la vida.  El conformismo, la complicidad inconsciente son a veces tan peligrosos como la misma violencia.  La hace posible todo tipo de complicidad.  Todo lo que pueden tener de frágiles, parciales y mejorables los colectivos de ciudadanos que se organizan para buscar una solución a los conflictos reales, posee como gran virtud el haber perdido el miedo para decir lo que piensan, y para salir a la calle y decirlo, aun a costa de su tranquilidad y de su vida.  Son gestos para aprender y para interrogarnos.  ¿Cómo podemos colaborar en un proceso de reconciliación? ¿O es que ya nos hemos resignado a que otros decidan que no va a ser posible?  (Merche Mas)