Señor, en este pozo, donde diste tu agua a la Samaritana, yo te pido de beber.
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Invierno en Paraguay
Pequeños relatos
Intento ahora expresar la vivencia de otras experiencias cotidianas compartiendo otra intimidad.
El regalo dado y el regalo recibido
Esta mujer, no ha dejado de dar vida, de ser fiel, de estar al pie de la cruz esperando la resurrección.
Sin tierra, sin techo, sin futuro
A los pobres les toca vivir en los márgenes, a las afueras, donde no hagan daño a la vista, donde estén más olvidados.
Ojos redondos
Pueblan los hogares, las escuelas, los campos, las calles, los barrios, los pueblos y la capital.
¡Los ojos de todos te estáń aguardando!
Ojos hambrientos de esperanza, aguardando en sus manos abiertas la comida a su tiempo que no a todos llega.
Hombres entre los hombres.
Cada vez que releo el Nuevo Testamento, me doy cuenta de que el protagonista de esos libros es un magnífico retrato del sacerdote, del cura que yo quiero.
Alentadores de la fe de sus hermanos
El mejor servicio que los curas pueden hacer a la fe propia y ajena es vivir con entusiasmo su vocación por el Reino. En la medida en que la viven, también las comunidades somos más fraternales, más evangelizadoras y más creativas.
Hombres con vocación de servicio.
Me gusta ver al sacerdote como uno más de la comunidad que, por formación y carisma, ayuda a que crezca y vaya hacia adelante el grupo.
Ana de Felipe (economista) | Lunes 11 de Junio del 2007
Que se parezcan a Jesús de Nazaret.
Queremos es que se parezcan a Jesús de Nazaret, el único y eterno Sacerdote, que cuando estuvo en este mundo, vivió y actuó de esta manera en su relación con el Padre y con la gente.
Un hombre de acción que ha apostado por ’los otros’.
Un hombre que se niega a admitir que el mundo sea una ’historia contada por un loco, llena de sangre y estruendo, pero carente de sentido’.