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En el exilio

El triunfo del bien sobre el mal

El triunfo del bien sobre el mal

Un compañero desafió una vez a Pierre Teilhard de Chardin con esta pregunta: “Tú crees que, al fin, el bien triunfará sobre el mal. Bien, ¿y qué sucederá si hacemos volar el mundo con una bomba atómica, qué será entonces de la bondad?”

Nuestra inconsciente búsqueda de Dios

Nuestra inconsciente búsqueda de Dios

Es fácil malentender lo que significa esto. Siempre estamos buscando a Dios, aunque, por lo general, sin saberlo. Normalmente, pensamos en nuestra búsqueda de Dios como una búsqueda religiosa consciente, como algo que hacemos por nuestro propio lado espiritual.

Dios no puede decir mentiras

Dios no puede decir mentiras

 Mentir es el más pernicioso de los males, el más peligroso de los pecados, la peor de las blasfemias y el único pecado que puede ser imperdonable. Tal vez necesitemos que nos recuerden eso hoy, dada nuestra presente cultura, en la que corremos el riesgo de perder la verdadera idea de la realidad y la verdad. Nada resulta más peligroso.

Dolorosa muerte

Dolorosa muerte

Casi todos nosotros estamos familiarizados con la historia de Zorba el griego, sea por el famoso libro de Nikos Kazantzakis o bien por la película. Bueno, Zorba no fue un personaje de ficción. Fue una persona real, Alexis Zorba, quien tenía una personalidad y energía más grandes que la vida; y, cuando murió, le resultó muy difícil a Kazantzakis aceptar su muerte, incrédulo de que tales energía, vigor y color fueran mortales.

¿Qué espera de nosotros el amor en este momento?

¿Qué espera de nosotros el amor en este momento?

"Puedes asumir con seguridad que has creado a Dios a tu propia imagen cuando sucede que Dios odia a la misma gente a la que tú odias”. (Anne Lamott). Esas son palabras dignas de ser contempladas en todos puntos de la vertiente política y religiosa de hoy. Vivimos en un tiempo de amarga división. Desde las oficinas de nuestro gobierno hasta las mesas de nuestra cocina hay tensiones y divisiones sobre política, religión y versiones de la verdad que parecen irreparables.

¿Cuál es tu práctica?

¿Cuál es tu práctica?

Hoy día, la pregunta normal en los círculos espirituales no es “¿cuál es tu iglesia o tu religión?”, sino “¿cuál es tu práctica?” ¿Cuál es tu práctica? ¿Cuál es tu particular práctica de oración explícita? ¿Es cristiana? ¿Budista? ¿Islámica? ¿Secular? ¿Haces meditación? ¿Haces oración Centrante? ¿Practicas Mindfulness? ¿Durante cuánto tiempo haces esto cada día?

La noción de vocación

La noción de vocación

Fui educado en una generación que enseñó que Dios daba a cada uno de nosotros una vocación que vivir para siempre. En la característica religiosa de aquel tiempo, particularmente en la religiosidad romana católica, creíamos que nos ponían en esta tierra con un plan divino para nosotros, que Dios nos daba a cada uno una especial vocación que vivir de por vida.

Darnos una mejor historia

Darnos una mejor historia

En un reciente libro, Viviendo entre mundos, James Hollis ofrece una obra de ingenio que lleva más profundidad de lo que es evidente a primera vista. Un terapeuta dice a un cliente: Yo no  puedo resolver su problema, pero puedo darle una historia más convincente para su dolor.

Atar y desatar

Atar y desatar

Decir a alguien, con todo el corazón,Te amo’, es virtualmente lo mismo que decirTú nunca morirás’. El filósofo del siglo XX Gabriel Marcel escribió esas palabras, que repiten las escritas quinientos años antes por la beata Magdalena Panattieri,  terciaria dominica, quien escribió a un amigo: Yo no podría ser feliz en el cielo si tú no estuvieras allí también.

Tened cuidado con vuestros círculos internos

Tened cuidado con vuestros círculos internos

Ningún hombre es una isla. John Donne escribió esas palabras hace cuatro siglos, y son tan válidas ahora como lo fueron entonces, aunque nosotros ya no las creemos.

Permiso para estar triste

Permiso para estar triste

Hoy, ni nuestra cultura ni nuestras iglesias nos dan el permiso preciso para estar tristes. Ocasionalmente, sí, cuando un ser querido muere o nos sucede alguna tragedia particular, nos permiten estar tristes, abatidos,  llorosos, no optimistas. Pero hay en nuestras vidas otras muchas ocasiones y circunstancias en las que nuestras almas están legítimamente tristes.

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