
La riqueza del cristiano (III)
Es posible que nuestra vida, pese a nuestro voto de pobreza, se muestre titubeante: ¿a qué altar acudir?
Es posible que nuestra vida, pese a nuestro voto de pobreza, se muestre titubeante: ¿a qué altar acudir?
Nadie nos debe nada.La contabilidad más adecuada consiste en cancelar toda deuda, como Dios ha perdonado nuestra deuda.
Cuando nos dirigimos al Padre del cielo, ¿somos plenamente conscientes de las deudas contraídas con él?; ¡...si nos condonara esas deudas…!
La máxima expresión del amor que Dios es y del amor que Dios nos tiene, se llama Jesucristo.
La consagración debe entenderse siempre en referencia explícita, inmediata y hasta exclusiva a Cristo.
Sólo quien está convencido de ser conocido personalmente por Jesús, logra acceder al conocimiento de él.
Su resurrección no es sólo modelo y causa formal de la nuestra, sino también su principio activo y su causa eficiente.