
Persona conyugal
La relación de amor entre los cónyuges tiene una dimensión de fascinación. El tiempo fundante es fascinante. Es un tiempo de descubrimiento del otro, del descubrimiento de sí mismo/a gracias a la mirada de amor del pretendiente.
La relación de amor entre los cónyuges tiene una dimensión de fascinación. El tiempo fundante es fascinante. Es un tiempo de descubrimiento del otro, del descubrimiento de sí mismo/a gracias a la mirada de amor del pretendiente.
Es esta una pregunta para analizar la relación. Es aplicable tanto a la relación conyugal, como a la relación de amistad, como a la relación fraterna y comunitaria. ¿Qué es lo que realmente nos mantiene unidos?
El sueño de amor matrimonial es persistente y fuerte; es la causa más grande de felicidad personal; pero tiene sus fragilidades, como todo lo humano. Está sometido al desgaste del tiempo, al acecho de la rutina, a la tentación de la ensoñación.
La vida conyugal tiene su termómetro en la calidad y frecuencia de la comunicación interpersonal. A la inversa, la dificultad de la comunicación es un factor de separación y desilusión. Se expresa en frases como: ya no hablamos; nos decimos solo lo más elemental, no tenemos temas comunes; nos hemos vuelto unos desconocidos.
La comunicación forma parte esencial de la vida interpersonal, y de modo especial de la vida conyugal. El diálogo hace revivir lo mejor de la relación conyugal. La comunicación abierta y transparente recrea y nutre la intimidad.
Yo quiero resucitar ¿Tú quieres resucitar? ¿Quieres vivir para siempre? ¿Sientes pasión por la vida? ¿Puedes afirmar que eres una persona “biófíla”? ¿Sientes rebeldía frente a la muerte individual e indignación ética frente a la cultura de la muerte?
Son los novios los que se casan, la boda es el comienzo de la vida matrimonial sacramental.
Es éste un adjetivo muy actual para el sustantivo fidelidad. Pertenece a la naturaleza de la fidelidad en estos tiempos en los cuales se jalea día y noche la infidelidad: matrimonial, política, religiosa. Como valor permanente se refiere ante todo a la coherencia consigo mismo. Implica autenticidad y verdad en las relaciones interpersonales y conyugales.
El anillo es un signo nupcial. Lo llevan los esposos. El obispo lo recibe en su consagración episcopal.
“La misión de mi vida es hacerte feliz”. Expresiones como ésta suelen utilizarse en declaraciones de amor. Al menos en las películas de amor. Está dentro del arrobamiento que implica la experiencia de enamoramiento. Puede ser que en tiempos posmodernos esta pretensión tenga una reminiscencia demasiado romántica. Puede ser que no conmueva a los jóvenes actuales.