La oración en Parábolas

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Recuerda que Dios es humilde (Callar)

Recuerda que Dios es humilde (Callar)

-Soy lo más importante -dijo el fuego-; sin mí, todos morirían de frío. -Lo siento -intervino el agua-, pero lo más importante soy yo; sin mí todos moriría de sed.

Escucha (La esponja)

Escucha (La esponja)

Para recibir la Palabra de Dios hay que escucharla. Y escuchar no es lo mismo que oír, ni siquiera, que oír con atención, es mucho más.

Di «Aquí estoy» (Ecce)

Di «Aquí estoy» (Ecce)

En cierta ocasión un joven novicio preguntó al Abad si había posibilidad de conocer a Jesucristo por dentro. El Abad se limitó a abrir la Biblia delante de él.

Contempla (El cirio)

Contempla (El cirio)

Los novicios rogaron al Abad que les revelara el secreto de la sabiduría.-No lo tengo -les contestó el Abad.-Entonces -replicaron desalentados los novicios-, ¿dónde podríamos alcanzarlo?

Busca a Dios «en persona» (La sed)

Busca a Dios «en persona» (La sed)

Un joven inquieto se presentó a un sacerdote y le dijo: -Busco a Dios. El ‘reverendo le echó un sermón, que el joven escuchó con paciencia.

Recuerda que Dios es humilde (Callar)

Recuerda que Dios es humilde (Callar)

-Soy lo más importante -dijo el fuego-; sin mí, todos morirían de frío. -Lo siento -intervino el agua-, pero lo más importante soy yo; sin mí todos moriría de sed.

Escucha (La esponja)

Escucha (La esponja)

Para recibir la Palabra de Dios hay que escucharla. Y escuchar no es lo mismo que oír, ni siquiera, que oír con atención, es mucho más.

Di «Aquí estoy» (Ecce)

Di «Aquí estoy» (Ecce)

En cierta ocasión un joven novicio preguntó al Abad si había posibilidad de conocer a Jesucristo por dentro. El Abad se limitó a abrir la Biblia delante de él.