En el exilio

Home arrow_carrot 2right icon Espacios arrow_carrot 2right icon En el exilio
Como cristianos, creemos que llevamos la imagen de Dios en nosotros y esta es nuestra más profunda realidad. Hemos sido creados a imagen de Dios. Pero concebimos esta imagen de una forma demasiado ingenua, romantica y piadosa. Imaginamos que en algún lugar dentro de nosotros hay un bello icono de Dios estampado en nuestras almas. Puede ser, pero Dios, tal y como afirma la Escritura, es más que un icono. Dios es fuego -libre, infinito, inefable, incontenible. (Ron Rolheiser, OMI)
¿Qué hay en el rostro de Dios?

¿Qué hay en el rostro de Dios?

Rezamos estas palabras con sinceridad. ¿Alguna vez las decimos verdaderamente a conciencia? ¿Podemos decir honradamente que las angustias que nos impulsan a arrodillarnos son un anhelo de ver a Dios?

Alegría: una señal de Dios

Alegría: una señal de Dios

Sólo existe una verdadera tristeza: ¡no ser santo! El novelista, filósofo y ensayista francés Léon Bloy acaba su novela La mujer pobre con esa frase tan citada. He aquí una cita de Léon Bloy menos conocida que nos ayuda a entender por qué hay tal tristeza en no ser santo. La alegría  es una señal segura de la vida de Dios en el alma.

¿Qué me está pidiendo el amor ahora?

¿Qué me está pidiendo el amor ahora?

Hace varios años, una compañera mía sufrió una aplastante decepción. Su tentación instintiva se orientó hacia la ira, hacia el cierre de una serie de puertas y retirarse. En vez de eso, herida en el espíritu, se hizo la pregunta: ¿qué me está pidiendo el amor ahora?

Una Plegaria Eucarística

Una Plegaria Eucarística

Siendo seminarista, un verano tuve el privilegio de asistir a un curso dirigido por el renombrado liturgista Godfrey Diekmann. Esto fue en aquel atrevido tiempo poco después del Vaticano II, cuando estaba muy de moda mirar con recelo las oraciones rituales prescritas y escribir las tuyas propias.

Más que una casa o un lugar

Más que una casa o un lugar

El hogar es más que una casa o un lugar en un mapa. Es un lugar en el corazón, el lugar donde más deseas estar al final del día. La idea metafórica del hogar nos puede ayudar a aclarar muchas cosas, sobre todo la manera como el sexo se conecta con el amor.

Perder la canción en el cantante

Perder la canción en el cantante

Frecuentemente, cuando estoy escuchando a alguien que canta en vivo o en televisión, cierro los ojos para tratar de oír la canción de modo que no deje que la interpretación del cantante se interponga a la canción. Una canción puede perderse en su interpretación; ciertamente, la interpretación puede cambiar de modo que la canción quede reemplazada por el cantante.

Nuestro mejor regalo de despedida

Nuestro mejor regalo de despedida

 En su discurso de despedida en el Evangelio de Juan, Jesús nos dice que se marcha pero que nos dejará un regalo de despedida, el regalo de su paz, y que experimentaremos este regalo en el espíritu que nos deje tras de sí.

Tratando de no hacer a Dios parecer malo

Tratando de no hacer a Dios parecer malo

Durante quince años dirigí un curso titulado Teología de Dios. Los estudiantes de ese curso eran predominantemente seminaristas que se preparaban para el ministerio, junto con algunos estudiantes laicos que estaban preparándose para servir como ministros en diversos puestos de sus parroquias.

El ritual perfecto

El ritual perfecto

A veces recurres a un extraño para ayudarte a ver la belleza y profundidad de algo que nunca has apreciado del todo. Sospecho que esto pasa a muchos de nosotros, yo incluido, respecto a la celebración de la Eucaristía en nuestras iglesias.

La muerte de la castidad en nuestra cultura

La muerte de la castidad en nuestra cultura

El concepto de castidad ha caído en tiempos difíciles.Hace varios años, fui invitado a hablar a un grupo de estudiantes en una universidad católica. La invitación vino con una petición y una advertencia. Iba a hablar sobre la castidad; pero idealmente, tenía que evitar el uso de la palabra.

Cuando nuestro mundo está desmoronándose

Cuando nuestro mundo está desmoronándose

Los primeros años de mi edad adulta y sacerdocio los pasé enseñando teología en el Newman Theological College en Edmonton, Canadá. Era joven, lleno de energía, me gustaba la enseñanza y estaba descubriendo las alegrías del ministerio. Por lo general, estos fueron buenos años.