En el exilio
Un Santo, San Vicente de Paúl, y la Compasión Cansada.
Se suele contar una anécdota de San Vicente de Paúl. Quizás sea mito, al menos en parte; pero, no obstante, su reto es real.
El Secreto de una Celda Monacal
Haced con entusiasmo y fidelidad lo que el deber os pide, y eso os va a enseñar lo que necesitáis para saber llegar a Dios.
El Odio y el Evangelio
León Tolstoy dijo una vez: ‘Solo hay un camino para acabar con el mal, y ése es devolver bien por mal’.
El Misterio de Dar y Recibir Espíritu
Cuando alguien nos deja físicamente, tenemos luego la oportunidad de percibir y acoger su presencia de un modo más profundo.
O místicos o descreídos
Karl Rahner afirmó que llegaría un tiempo en el que cada uno de nosotros sería o un místico o un descreído.
El Cristo Anonadado y el Cristo Triunfal
Cristo que se vacía de sí mismo para convertirse en esclavo o Cristo que resucita triunfante sobre la muerte.
Atormentando al gato (esclavos de la adicción)
Vivimos bajo constante presión, de fuera y de dentro, para ver y codiciar más, consumir más, comprar más y empaparnos más de la vida mundana. La presión para aumentar la dosis es constante e implacable. Pero aquí es precisamente donde se nos exige un ascetismo deliberado y reflexivo, tenaz e irrevocable.
Algunos Himnos o Lemas en Apoyo de la Justicia
Necesitamos arder de nuevo, porque nuestra esperanza ya no es fácil. Vivimos en una cultura de pesimismo y decepción en la que Pentecostés ya no puede darse por supuesto.
Lanzando los dados sobre el Evangelio
A primera vista, nos pareceremos a David frente a Goliat, no preparados para la tarea de derrotar a un gigante o de dar suficiente alimento a un mundo hambriento con ganas de comer.
El Ascetismo de la presión y del deber
Jesús fue una vez al desierto, durante cuarenta días y cuarenta noches, sin llevar comida y alimentación, ayunó. Se sometió voluntariamente a un ascetismo concebido como una ayuda que le impulsara a lograr un nivel más profundo de comprensión, amor y madurez.
Niños bajo nuestro cuidado
Los hijos nunca son realmente tuyos, independientemente de que seas su madre natural, o su madre adoptiva o su maestra. Ellos tienen sus propias vidas, vidas que tú no posees en propiedad.