Jesús de Nazaret, representa, tanto ayer como hoy, al hombre utópico. Es una cifra, una cumbre, un sueño. Y lo es para los que confiesan su nombre en el seno de las iglesias y para muchos otros que lo admiran al margen de ellas y frecuentemente contra ell
Lo original del cristiano no es el compromiso, ni la acción en favor de los demás, sino la experiencia de fe que hacemos en la vida y en el compromiso transformador y apostólico con los demás.
Son muchos en nuestros días los que a través del encuentro con la Biblia, con la Palabra de Dios, van descubriendo los grandes valores y verdades que ayudan a que la vida sea cada vez más digna y humana. De este modo la Palabra se convierte en luz que bri
Al atardecer de la vida nos examinarán de amor. Pero mientras tanto, al llegar el fin de cada día podemos hacer unos buenos parciales si sabemos conjugar adecuadamente dos verbos bien cristianos: perdonar y agradecer.
A la vida cotidiana de la inmensa mayoría de las personas pertenece la familia y el hogar. Es un ámbito lleno de simbolismos y posibilidades de espiritualidad.
El trabajo llena muchas horas de nuestras vidas. Ese tiempo no se hace cristiano a base de jaculatorias, sino cuando vamos cumpliendo las cláusulas escondidas de nuestro convenio colectivo con Dios y con los hermanos.
Levantarse de la cama, salir del sueño y comenzar el día se puede convertir para el cristiano en ocasión para recrearse en el don de la creación, reencontrarse con sus hermanos y experimentar de nuevo el gozo del Bautismo.
Durante algún tiempo la espiritualidad ha estado reservada a los «profesionales» de la religión. Tenía que ver con la búsqueda dé la perfección. Actualmente está adquiriendo un sentido más amplio y realista. Son espirituales las personas que viven con sen