La esperanza cabe en la cárcel.
¿Cómo explicar lo que experimenta un hombre que sabe que tiene por delante otras veinticuatro horas de cárcel?
Vivir en solidaridad.
Mi disposición durante el día es de entrega a los demás, con una visión cristiana de poderles ayudar en los problemas más urgentes que tengan, y sin ningún interés material, más bien deseando el mayor beneficio espiritual a todos los que trate en dicho dí
Cosas muy sencillas me ayudan a vivir en paz
Son luces, aunque a veces cuesta reconocerlas, que me guían, que dan sentido a mi vida.
Quiero que mi vida sea una oración constante.
Desde la experiencia de cada día.
El fulgor de la vida cotidiana.
La espiritualidad no se aprende en los libros sino que se elabora en el vivir cotidiano hecho, aparentemente, de monótonas rutinas, de contactos breves, en los que muchas veces funcionamos más que vivimos.
¿Para qué la espiritualidad?
Durante algún tiempo la espiritualidad ha estado reservada a los «profesionales» de la religión. Tenía que ver con la búsqueda de la perfección. Actualmente está adquiriendo un sentido más amplio y realista. Son espirituales las personas que viven con sen
Decisiones económicas y modelo de sociedad.
Poner el dedo en la llaga y dejar en claro un modelo de sociedad, una «lógica» social basada en la economía como causa y origen.
Inmigrantes, carne de indiferencia.
Tendemos a otorgar, quizás por la fuerza de la costumbre, carta de normalidad a las desigualdades más sangrantes que nos rodean.
Solidaridad frente a competitividad.
Competitividad es la palabra que mejor expresa la clave del sistema de valores vigentes en nuestra sociedad.
Decálogo de actitudes.
Vivir la espiritualidad de la vida cotidiana es, al mismo tiempo, dejarse evangelizar y seguir las huellas y el estilo de Jesús evangelizador.
Contemplar: Un quehacer cotidiano
Lo original del cristiano no es el compromiso, ni la acción en favor de los demás, sino la experiencia de fe que hacemos en la vida y en el compromiso transformador y apostólico con los demás.