Por el don de piedad nos hacemos conscientes de nuestra identidad de hijos adoptivos de Dios y de la fraternidad humana. Hijos en el Hijo, creados a imagen del Primogénito por el Hálito divino.

Por el don de piedad nos hacemos conscientes de nuestra identidad de hijos adoptivos de Dios y de la fraternidad humana. Hijos en el Hijo, creados a imagen del Primogénito por el Hálito divino.
Si por el don de Sabiduría llegamos al conocimiento de los misterios divinos, del Amor creador, por el don de Ciencia se nos concede valorar rectamente las realidades temporales, la creación.
El don de Consejo es necesario para saber elegir en el día a día lo que Dios quiere, no sólo lo que es lícito, sino lo que es mejor; es tener el discernimiento interior para optar por “lo bueno, por lo que le agrada a Dios, por lo perfecto”
El lema de este año «El Espíritu Santo y el sacerdocio» es una invitación a que, supliquemos el envío de su Espíritu que suscite, forme y santifique a los sacerdotes.
El Don del Entendimiento fortalece el don de la fe, le presta la fuerza del testigo. No se arredra, ni se acompleja, porque comprende la verdad que encierran las palabras humanas con las que se explica el misterio divino.
“Mientras estaba comiendo con ellos, les mandó que no se ausentasen de Jerusalén, sino que aguardasen la Promesa del Padre, «que oísteis de mí: Que Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados en el Espíritu Santo dentro de pocos días».” (Act 1, 4-5)
Los viernes de Cuaresma, tienen una especial resonancia, por la memoria de la Pasión de Cristo.
Es tiempo de ternura, de sentimiento, de dejar entrar la mirada del que sufre, del hambriento o el marginado
Una circunstancia temporal se convierte en llamada a interrumpir nuestra posible inercia.
Una manera de vivificar nuestra identidad cristiana es viviendo ’en forma eucarística’.
Haz que delante de la Eucaristía, podamos aprender cuán sencilla y cotidiana es tu palabra que nos enseña.