Cuando los estudiantes tienen un examen, les gustaría conocer de antemano las preguntas, para prepararse mejor. Los exámenes dan miedo, aunque te hayas
preparado bien.
Cuando los estudiantes tienen un examen, les gustaría conocer de antemano las preguntas, para prepararse mejor. Los exámenes dan miedo, aunque te hayas
preparado bien.
Dios es amor. Y quiere que todos se salven. ¿Por qué nos cuesta tanto aceptar ese amor? ¿Por qué, a veces, como a los contemporáneos de Jesús, nos parece mal que la salvación llegue a todos? Tenemos nuestra idea de la salvación y de los salvados.
Todos hemos asistido a alguna boda. El ambiente es de alegría, la gente participa de un proyecto nuevo de vida, y se nota. Eso en el “mundo”. En nuestra vida espiritual, sabemos que la Iglesia ha encontrado a su Esposo, vivimos en una boda permanente, porque Jesús nos ha elegido.
Quizá está reciente todavía la alegría de la Navidad. En Navidad comienza todo, y nos preparamos durante cuatro semanas. En la Pascua cobra sentido toda nuestra vida cristiana. Merece la pena prepararse.
La Cuaresma nos prepara para la Pascua. Que, como sabemos, no es una cosa demasiado bonita. Desde el principio, la Liturgia nos va marcando el camino. Jesús no engaña. Ni oculta la verdad.
Cuatro variaciones sobre un tema. Así son los relatos evansélicos de la pasión y crucifixión trata de mera información. Son llamadas a la fe, interpretan el sentido y alcance de esa muerte escandalosa.
El libro del Deuteronomio pone en boca de Moisés el recuerdo de los valores que sostienen al pueblo en la nueva tierra, en la alianza. Nuestro caminar como cristianos se sostiene en la misma seguridad: la alianza.
«Hasta setenta veces siete» responde Jesús a Pedro. El perdón es el principio de la fraternidad. El gran principio transformador en nuestro mundo no es otro que ofrecer la posibilidad de vivir reconciliados.
Dice Jesús en el evangelio de hoy que «ningún profeta es aceptado en su pueblo». Y la historia y la vida nos dice tozudamente que así es. La propuesta de un mundo fraterno que pretende desencadenar Fratelli tutti tiene que romper su mayor dificultad que reside en los grupos y comunidades de vida que han recibido el don de la fraternidad.
Hoy celebramos la solemnidad de San José en medio de nuestro itinerario cuaresmal. El evangelio nos lo presenta con una sencillez desconcertante: «José, el esposo de María, de la cual nació Jesús».
El libro del Génesis nos hace pensar hoy en nuestros corazones heridos de envidia. Y lo escenifica gráficamente con los hermanos de José. Nos dice el texto que «lo vieron desde lejos y, antes de que se acercara, maquinaron su muerte».