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Nuestra congénita complejidad

Nuestra congénita complejidad

La renombrada escritora espiritual Ruth Burrows empieza su autobiografía con estas palabras: “Nací en este mundo con una torturada sensibilidad. Durante mucho tiempo he tratado de resolver las causas de mi angustia psicológica”.

Hablar con autoridad

Hablar con autoridad

Cada vez vamos teniendo más recelo de las palabras. Por todos sitios oímos decir a la gente: “¡Eso es sólo hablar! ¡Eso no es nada más que palabras vacías!”

Tratando santamente nuestras adversidades

Tratando santamente nuestras adversidades

Hace treinta años, John Jungblut escribió un pequeño folleto titulado On Hallowing Our Diminisment. Es un opúsculo que sugiere maneras como podríamos forjar las humillaciones y adversidades que nos cercan…

Ángeles con hoces y la cólera de Dios

Ángeles con hoces y la cólera de Dios

Hay un impactante texto en el Libro del Apocalipsis donde la imagen poética que se usa, a pesar de toda su belleza, puede despistar peligrosamente. El autor  escribe allí: “Así que el ángel metió su hoz sobre la tierra y la tierra quedó segada. Echó las uvas en el gran lagar de la cólera de Dios”.  ¡Un fiero ángel purificando el mundo! ¡Dios en ardiente ira! ¿Cómo se debe entender eso?

Nuestra inseguridad más honda

Nuestra inseguridad más honda

¿Por qué no somos más felices? ¿Por qué estamos atrapados por frustraciones, tensiones, iras y resentimientos?

¡Nosotros primero!

¡Nosotros primero!

“Yo soy ciudadano, no de Atenas ni de Grecia, sino del mundo”. Sócrates escribió esas palabras hace más de veinticuatro siglos.  Hoy más que nunca éstas son palabras que necesitaríamos apropiarnos porque, más y más, nuestro mundo y nosotros mismos estamos sumergiéndonos en formas perjudiciales de tribalismo donde nos importa en primer lugar tener cuidado de nosotros mismos.

De armas y pacifismo

De armas y pacifismo

Los Evangelios nos cuentan que, después de la muerte del rey Herodes, un ángel se apareció en sueños a José en Egipto y le dijo: “Levántate. Toma al Niño y a su Madre y vete a la tierra de Israel, porque ya han muerto aquellos que atentaban contra la vida del Niño” (Mt. 2, 19-20). El ángel, al parecer, habló prematuramente; el Niño Jesús estaba todavía en peligro, está aún en peligro, está amenazado de muerte y todavía le siguen la pista, aun hoy día.

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