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El rostro oculto del mal

El rostro oculto del mal

Tendemos a ser ingenuos en lo referente al mal, al menos en lo que aprendemos al ver en la vida diaria. Nuestra estampa del mal ha sido formada falsamente por imágenes tomadas de la mitología, cultos religiosos, y libros y películas que retratan el mal como personificado en siniestras fuerzas espirituales.

Dios es feliz

Dios es feliz

Cristianismo, Judaísmo e Islamismo: al fin y al cabo, todos creen en el mismo Dios. Curiosamente, a la vez, en opinión popular, también todos tienden a concebir a Dios de la misma manera: varón, célibe y no siendo particularmente feliz.

Yendo más allá de los errores y las debilidades

Yendo más allá de los errores y las debilidades

“Lo excusable no necesita ser excusado y lo inexcusable no puede ser excusado”. Michael Buckley escribió esas palabras y contienen un importante desafío. Siempre intentamos excusar lo que no necesitamos excusar y siempre intentamos excusar lo inexcusable. Ninguna de las dos cosas es necesaria. Ni útil.

Marcharse primero

Marcharse primero

“Yo voy por delante a prepararos un lugar para vosotros”. Jesús dirige estas palabras a sus discípulos en sus últimos momentos según se sienta a la mesa y siente su tristeza en su incomprensión de su muerte, de su partida. Sus palabras son pronunciadas para consolarles y darles la seguridad de que no les va a abandonar. Es sólo que él marcha primero para prepararles un lugar y volver a encontrase con ellos de nuevo más tarde.

¿Cuándo desaparece la fe?

¿Cuándo desaparece la fe?

Cuando Friedrich Nietzsche declaró “Dios está muerto”, añadió una pregunta: ¿Qué clase de esponja se precisa para limpiar todo un horizonte?
Yo hago esta pregunta con frecuencia porque en el curso de mi propia vida ha habido una mengua sin precedentes en el número de personas que acuden a la iglesia con regularidad.

Completando el círculo – De los libros de cuentos a la espiritualidad

Completando el círculo – De los libros de cuentos a la espiritualidad

Mi primer amor fue la literatura, las novelas y la poesía. De niño, me encantaban los libros de cuentos, misterios y aventuras. En la escuela primaria, me hicieron aprender de memoria poemas y me gustaba el ejercicio. La segunda enseñanza me introdujo en una literatura más seria: Shakespeare, Kipling, Keats, Wordsworth, Browning. Como algo extraordinario, todavía leo libros de cuentos, historias de vaqueros del viejo Oeste, tomadas del anaquel de mi padre.

La desesperación como debilidad más bien que pecado

La desesperación como debilidad más bien que pecado

Clásicamente, tanto en el mundo como en nuestras iglesias, hemos visto la desesperación como el pecado más grave e imperdonable. La simple opinión era que ni Dios ni ningún otro te puede salvar si tú simplemente te rindes, te desesperas, te haces incapaz de esforzarte. Casi siempre en la mente popular esto fue aplicado al suicidio. 

Un libro extraordinario

Un libro extraordinario

Se afirma que Dorothy Day indicó una vez: No me llaméis santa. ¡No quiero ser desechada tan fácilmente! Una nueva biografía sobre ella escrita por su nieta Kate Hennessy (Dorothy Day – El mundo será salvado por le belleza: Un retrato íntimo de mi abuela), andará -creo yo- un largo camino previniendo a alguien de convertir a Dorothy Day -que pronto será canonizada por la iglesia- en lo que ella se temía, una santa de escayola que puede  ser piadosamente idolatrada y luego no ser tomada en serio

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