Si una persona hubiera ideado el cristianismo, no tendría en su mismo centro un concepto que fuera imposible de comprender o explicar: la idea de que Dios existe como uno, pero en tres personas.

Si una persona hubiera ideado el cristianismo, no tendría en su mismo centro un concepto que fuera imposible de comprender o explicar: la idea de que Dios existe como uno, pero en tres personas.
Las palabras no siempre reflejan con fidelidad el corazón. Además, invariablemente las palabras nos fallan justamente cuando más las necesitamos, especialmente en situaciones de sentimientos profundos en las que la tragedia, la muerte y la traición nos dejan mudos.
La iglesia no comprende la pasión y el mundo no comprende la pureza. Éste es un axioma que un amigo mío utiliza con gusto para explicar por qué el paisaje moral en torno a la sexualidad es hoy como es: intransigente, polarizado y mal equipado para invitar a la gente a evaluar honestamente su vida sexual.
La paz que experimentamos en nuestra vida ordinaria nunca nos llega clara, sin sombra. Como decía el famoso escritor espiritual, Henri Nouwen, hay una cualidad de tristeza que impregna todos los momentos de nuestra vida, de forma que, aun en nuestros momentos más felices, sentimos algún vacío, hay algo que falta.
La gratitud es lo opuesto a la ira; y mostramos, en demasía, poca gratitud en nuestra vida. Generalmente estamos con más frecuencia enfadados que agradecidos, además, aun admitiendo que estamos enojados, tendemos a dar excusas y a racionalizar
Nuestras diferencias personales, por mucho que a veces nos frustren y pongan a prueba nuestra paciencia, no son crimen, ni pecado; o incluso, de hecho tampoco son (casi nunca) culpa de nadie.
¿Por qué marcamos aparte cuarenta días cada año para renunciar de forma voluntaria a algunos goces legítimos, a fin de prepararnos para Pascua?
La santidad se alcanza cumpliendo las obligaciones que ineludiblemente se abren ante nosotros cada día.
En todas partes se encuentra la paradoja: A veces las cosas que piensas que te van a hacer feliz acaban entristeciéndote, y a veces lo mismísimo que te parte el corazón de dolor es también lo que lo abre al calor humano y a la gratitud.
Ciudad Redonda va a ofrecer semanalmente la traducción de la columna de Ron Rolheiser.
¿Qué pasaría si todos nosotros fuéramos más coherentes? ¿Y si todos nosotros fomentáramos lealtades más amplias?