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Perder a un ser querido por suicidio

Perder a un ser querido por suicidio

David Brooks, el columnista del New York Times, escribió recientemente un artículo sobre un amigo de toda la vida que murió de suicidio. Al describir a su amigo y su caída a la enfermedad suicida, Brooks esparce la luz necesaria para ver que todavía tenemos un largo camino por recorrer en nuestra comprensión del suicidio. (New York Times, 9 de Febrero de 2023).

Esperando a que venga el ángel

Esperando a que venga el ángel

La noche antes de su muerte, Jesús luchó denodadamente por aceptar la voluntad de su Padre. Los Evangelios lo describen en el Huerto de Getsemaní postrado en tierra, “sudando sangre” y pidiendo a su Padre que lo libre de la brutal muerte que le esperaba. Luego, después de rendir finalmente su voluntad a su Padre, viene un ángel  y lo conforta

Réquiem por un hermano mayor

Réquiem por un hermano mayor

Hace varias semanas murió mi hermano mayor George. Su muerte fue de algún shock, ya que se había mantenido en una salud relativamente buena hasta una semana antes de que muriera. Su historia es digna de contarse. Ninguna comunidad, dijo Mircea Eliade una vez, debería descuidar sus muertes.

La inocencia perdida

La inocencia perdida

 La historia bíblica de Saúl es una de las grandes tragedias de toda la literatura. La historia de Saúl da ocasión a que Hamlet se parezca a un personaje de Disney. Hamlet, al menos, tenía poderosas razones para la amargura que le cercaba. A Saúl, dado el comienzo que tuvo, le tenía que haber resultado mejor, mucho mejor.

La dos caras de la hipocresía

La dos caras de la hipocresía

¡Qué sutil es la hipocresía! Qué fácil es no ver nuestras propias incoherencias, aunque veamos tan nítidamente los defectos de los demás. ¿Estamos obstinadamente ciegos, o es que simplemente no vemos? ¿Es un problema moral o visual? Veamos estos ejemplos:

El permiso de Dios para la fatiga humana.

El permiso de Dios para la fatiga humana.

Alguien preguntó una vez a Teresa de Lisieux si estaba mal dormirse mientras se rezaba. Ella respondió: En absoluto. Un niño pequeño es igualmente agradable a sus padres, despierto o dormido – ¡probablemente más cuando duerme!