El Evangelio Se Va Revelando Progresivamente en la Historia
No paramos de quemar brujas porque dejamos de leer la Escritura. Más bien, paramos de quemar brujas porque seguimos leyendo la Escritura.
El Corazón de un Niño
¿Cómo podemos hacer esto? ¡Cómo podemos “des-aprender” o anular nuestra sofisticación y cancelar el hecho de que somos adultos? ¿Qué tipo de viaje como de recreo puede volver virgen a un corazón?
La Soledad, ¿La Cultivamos o No?
El filósofo Soren Kierkegaard sigue siendo mentor de mucha gente por una buena razón. Tocó el alma como un virtuoso maestro toca un violín; y ese toque de maestro procede no tanto de su inteligencia cuanto de su sensibilidad. Y él cultivó con mucho cuida
Profecía – Reto y Consuelo
Lo que el mundo necesita antes que nada de nosotras, las iglesias cristianas, es consuelo.
La Perla de Gran Valor y Su Costo
¿Cuál es nuestra propia perla de gran valor? ¿Estamos dispuestos a renunciar a todo a cambio de ella?
Nuestras Ideas Equivocadas sobre el Suicidio
Algunas veces tenemos que decir cosas, y decirlas de nuevo, y volverlas a decir, hasta que ya no sea necesario repetirlas.
El Sol, Las Tormentas, La Selva, Los Desiertos, y La Espiritualidad
Hace algunos años, acompañado por un excelente director Jesuita, hice un retiro de treinta días utilizando los ejercicios de San Ignacio. En la tercera semana del retiro hay una meditación sobre la agonía de Jesús en el jardín.
La Nueva Evangelización
Recientemente, una nueva expresión se ha abierto camino en nuestro vocabulario teológico y eclesial. Hay mucho de que hablar hoy acerca de la Nueva Evangelización.
El poder de la debilidad.
Queremos el poder divino en el hierro, los músculos, las armas y el carisma. Pero este no es el camino donde se encuentran la intimidad, la paz y Dios.
Una Visión Sencilla de la Comunión de los Santos
En su autobiografía, el famoso novelista griego Nikos Kazantzakis nos cuenta la historia oculta detrás de su famoso libro “Zorba el Griego”. Zorba es parte ficción y parte historia.
Vivir en la Luz
Hace unos años, se me acercó un hombre que me pidió que yo fuera su director espiritual. Tenía unos cuarenta y tantos años, y casi todo en él irradiaba un buen grado de salud. Mientras nos sentamos para hablar, le mencioné que parecía estar en muy buena forma.