Evangelio Seglar para la para el Domingo Vº del Tiempo Ordinario – (6 de febrero de 2022)

4 de febrero de 2022
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PRIMER PASO: LECTIO
¿Qué dice el texto?

Lectura del santo evangelio según Lucas 5, 1-11.

Dejándolo todo, lo siguieron

En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de Dios, estando él a orillas del lago de Genesaret. Vio dos barcas que estaban junto a la orilla; los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes.
Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente.
Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: «Rema mar adentro, y echad las redes para pescar.»
Simón contestó: «Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes.»
Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande que reventaba la red. Hicieron señas a los socios de la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús diciendo: «Apártate de mí, Señor, que soy un pecador.»
Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de peces que habían cogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.
Jesús dijo a Simón: «No temas; desde ahora serás pescador de hombres.»
Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.

SEGUNDO PASO: MEDITATIO
¿Qué nos dice el texto?

Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.

DESDE EL SÍNODO 2021-2023 “Por una Iglesia sinodal”
(hombre, casado, 2 hijos, pertenece a comunidad y movimiento seglar)

El evangelio de hoy nos pone delante el germen de lo que, más adelante, será la Iglesia. En este relato ya nos encontramos a Jesús predicando la Palabra de Dios, a los primeros apóstoles Andrés, Pedro y los Zebedeos colaborando -aún sin saber lo que les espera- con su misión y a un montón de gente que se siente atraída por su enseñanza.

Podemos decir que todos los “ingredientes” de la Iglesia futura están ahí en cierta manera. Y precisamente por eso me gustaría destacar un detalle especialmente bonito y creo que muy significativo en clave de sinodalidad, que puede pasar desapercibido. Cuando Jesús llega, ellos ya han terminado su trabajo, de hecho, están lavando las redes, es decir, están a punto de irse a casa después de un día que -según dice el evangelio- fue cuanto menos cansado y poco productivo. Seguramente ya les estaban esperando o ellos estaban esperando el momento de llegar a la cama y “desconectar”. Y entonces Jesús les pide que vuelvan al agua, que retomen lo que ya casi estaba acabado.

Si pienso en sinodalidad una imagen que me viene a la cabeza casi de inmediato, sin pensar mucho, es la de las redes, ¿qué otra cosa es la Iglesia sino una gran red de personas -amigas de Jesús- que forman nudos de comunión y servicio?

En la Iglesia, en nuestras pequeñas comunidades o sencillos apostolados, podemos tener esta sensación de que ya el trabajo está hecho. Que nos hemos esforzado más que suficiente y que, a cambio, recogemos poco e incluso (aunque pocos lo digan en voz alta) hasta nos cuestionamos si tanto trabajo merece la pena.

Y ahí precisamente llega Jesús y nos resitúa. No se trata de lo que recogemos o de si llenamos las barcas hasta casi hundirlas… ¡qué triste sería la Iglesia si funcionase como una gran empresa empeñada en “acrecentar sus beneficios”! De lo que se trata es de servir, de colaborar, de bregar para que la acción de Dios llegue a quien lo busca con corazón sincero.

Desde esta perspectiva, y a la luz del sínodo, deberíamos preguntarnos sinceramente cómo limpiar las redes (la vida eclesial) para que pesque mejor, o lo que es lo mismo, para que salga en rescate de aquellos hombres y mujeres de nuestro tiempo que buscan la mano de Dios que se acerca a rescatarles.

DESDE LA VIDA COTIDIANA
(matrimonio, seis hijos y siete nietos, él es monitor de Asamblea Parroquial)

ELLA:

Es muy bonito este texto, nos habla de ilusión y esperanza.
En la vida tenemos que estar esperanzados, tener ilusiones, creer en conseguir los objetivos que nos proponemos.
Jesús, el maestro predica y se quedan embobados con sus palabras. Además, les llena las redes de peces cuando estaban desesperados.
Nosotros esta gran hazaña no la podemos hacer, pero si ayudar en la medida de nuestras posibilidades. Echar una mano a alguien cercano que lo necesite, es hacer crecer la ilusión y la esperanza en el ser humano.

ÉL:

“Maestro, … por tu palabra, …”, Jesús, por tu solicitud, por tu consejo, recomendación, … hacer lo que me pides y de la forma que me lo dices.
Cuando acepto dejarme aconsejar y recomendar por ti, en mi quehacer diario, sé que las cosas van a funcionar mejor.
Al menos, con más tranquilidad, con más sosiego y paciencia si la cosa no avanza al ritmo deseado, me ayuda a no desfallecer y seguir intentándolo.
Si tiro con todas mis fuerzas olvidándome de que sin él no hay avance, fracaso en mi intento.
De aquella manera sé que mis logros, mis triunfos, si los consigo, son sus triunfos en mí, conmigo, juntos.
Todos los días empiezan con lo mismo, buenas intenciones y … fracasos, vuelta a caer, vuelta a errar, hasta que lo dejo en sus manos y empieza el viento a amainar y la pesca puede llegar a ser abundante.
Gracias Señor por tu inmensa paciencia y amor con los que te fallamos una y otra vez.

DESDE EL CONTINENTE DIGITAL
(hombre, casado, 3 hijas, pertenece a comunidad y movimiento seglar)

Durante unos años, estuve colaborando como articulista ocasional en un portal web con clara vocación evangelizadora. En una última etapa, muy corta, participé en el consejo de redacción. Si escribir de vez en cuando en el portal requería cierto esfuerzo, en ese breve tiempo metido entre bambalinas pude comprobar las energías que hay que echar para que un proyecto digital evangelizador salga adelante. No es fácil. En inter-net hay muchas, muchísimas páginas católicas, no digamos ya si ampliamos a cristianas. Pero la inmensa mayoría es para uso interno, con unos códigos de comunicación anacrónicos. Mucho esfuerzo en las redes… y cada vez menos peces, como les pasaba a Santiago, a Juan y al todavía Simón.
El Señor me llama a remar mar adentro. También en el mar del continente digital. Y a echar las redes (curiosa coincidencia semántica). No sé cómo. Pero este territorio binario en el que me muevo la mayor parte del día no puede quedar ajeno a la misión evangelizadora. Si entran o no peces en mis redes… eso se lo dejaré al Maestro. Me quedo con una pista: las redes no se echan en solitario.

TERCER PASO: ORATIO
¿Qué nos hace decir el texto?

(hombre, casado, pertenece a movimiento cristiano)

Señor Jesús, maestro.
Nos llamas. Nos sigues llamando.
Escuchamos tu voz
en nuestro corazón
y en el hambre y la sed
de nuestros contemporáneos.

Señor Jesús: tu voz,
tu llamada,
tu presencia
en nuestra vida
ha sido y es lo más importante
que nos ha pasado
y nos está pasando.

Señor Jesús, somos conscientes de que nos enredamos en nuestras redes:
tenemos muchas cosas que hacer,
muchas cosas que decir,
muchos planes que llevar a cabo…
Estamos muy centrados en el trabajo, en el rendimiento, en la gestión.
Nos entregamos a la acción como si nos fuera la vida en ello.
… pero la vida nos va en el encuentro contigo,
en la experiencia de tu presencia salvadora
que da sentido, significado y horizonte a lo que nos pasa en la vida.

Señor Jesús: si ti, ¿qué somos?
Poco más que pulpos estresados
que no saben ni su lugar en el mundo,
ni las raíces de santidad que lo alimentan
y ni la confianza que vertebra nuestra entrega al Reino.

Señor Jesús: tantas y tantas veces dejamos la vida interior
para cuando tengamos tiempo,
para cuando nos acordemos,
para cuando nos van más las cosas…
según nuestros criterios.
Señor Jesús, ¿sin Ti qué somos?
Poco más que ecos vacíos de autenticidad.

Señor Jesús, danos fuerza para vivir para ti y vivir para los demás.
No es fácil.
Tú nos acompañas.
Lo sabemos por la inmensa nube de santos
que nos ofrece la historia de la Iglesia.

Señor Jesús que superemos
el desequilibrio de entregarnos
a la acción,
a la misión,
a lo exterior,
a dar…
y volvamos conscientemente,
diariamente,
religiosamente a ti,
fuente de santidad,
fundamento de la comunidad,
raíz de nuestra misión.

Señor Jesús: que multipliquemos los talentos que nos das,
que los llevemos a plenitud
gracias a tu amor y a tu energía
que nos capacita y nos da la valentía
para ser testigos tuyos… hasta los confines del mundo.

CUARTO PASO: CONTEMPLATIO
¿Quién dice el texto?

(Autorizado por el autor, Fano en www.diocesismalaga.es)

ÚLTIMO PASO: ACTIO
¿A qué nos lleva el texto?

(hombre, 3 hijos, trabaja, pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)

Antes de hacer el comentario, trato de hacer un poco de oración y meditación de la Palabra, para no soltar simplemente lo que se me ocurra. Este pasaje da para mucho haciendo el método de oración llamado Lectio Divina, sobre todo analizando cada personaje, cada acción, las contestaciones, el contexto. Luego, poniéndose uno en el lugar de los personajes a los que les habla el Señor. Me interpela mucho para mi vida en diversos aspectos:

1.- Hacer caso de los mandatos del Señor: Simón Pedro, tras escucharlo desde la orilla, descubre que sus palabras tienen un valor importante, por eso lo llama Maestro y le dice que, por sus Palabras, va a echar de nuevo la redes. Cuando oramos y discernimos llegando a tener clara su voluntad, ya sabemos que hay que darle un voto de confianza.

2.- Remar mar a dentro: esto significa para mí, lanzarme al vacío, no confiar en nuestras seguridades terrenales sino poner ciegamente nuestra confianza en el Señor y tirar para adelante.

3.- No dejar de asombrarme y contemplar la grandeza de Dios: cuando descubrimos su mano misericordiosa, cuando sentimos su infinito Amor, arrodillémonos, hagamos oración, agradezcamos desde el corazón esa presencia que nos envuelve y nos llena de felicidad verdadera…Es entonces cuando nuestras miserias se verán más patentes, pero no importa, pidamos perdón con humildad, arrepintiéndonos y poniendo eso en sus manos que nos acarician con ternura.

4.- Sentir su llamada: Jesús no para de llamarnos, quiere que seamos felices. ¿Cómo?: pues Él nos señala un patrón a seguir muy concreto, ser pescadores de hombres, esto es, intentar hacer el bien al prójimo en todo momento, de la manera que veíamos en el evangelio de estos domingos pasados, devolviendo así la dignidad a los pobres y oprimidos buscando la justicia, la misericordia, su sustento o la posibilidad de ganarse la vida para salir de su pobreza, buscando la libertad a los que se sienten presos de sus miedos y ataduras, haciéndoles tener esperanza en que todo tiene un sentido, que podemos disfrutar ya aquí en la tierra de un anticipo de los bienes del Reino, la alegría, el gozo de tener a Dios cerca…

5.- Dejarlo todo y seguirlo: ¡Cuantas veces nos enredamos en nuestras cosas del día a día, problemas que nublan nuestra vista, nos provocan desazón…! Tenemos que hacer el ejercicio de ponerlo todo en sus manos, escoger lo que es más oportuno, necesario y eficaz, hacerlo todo por amor a Él y veremos cómo cambia todo de color y sentido.


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