La lucha por no hacer de Dios nuestra propia deidad tribal
Fui bendecido con una educación en un ambiente muy protegido y seguro. Viví mi niñez en un virtual capullo envolvente. En la lejana, rural, de primera-generación e inmigrante comunidad en la que crecí, todos nos conocíamos, todos íbamos a la misma iglesia, todos …
Programas informáticos, formato moral y vivir en pecado
Mientras estaba completando estudios de graduado en Bélgica, viví en el American College de Lovaina. Por entonces había en la plantilla del departamento de limpieza y mantenimiento una admirable mujer de color cuya energía trajo aire fresco a nuestro lugar, pero cuya historia de matrimonio de alguna manera corrió paralela a la de la mujer samaritana del evangelio de Juan.
Las indulgencias, vueltas a examinar
Cuando el papa Francisco anunció el Año Santo de la Misericordia, prometió que los cristianos podrían ganar una indulgencia especial durante este año.
De la paranoia a la metanoia
A veces somos un misterio para nosotros mismos, o quizás, más concretamente, algunas veces no nos damos cuenta de la paranoia que cargamos en nosotros mismos. Tantas cosas pueden arruinar nuestro día.
Alimentarse del fuego sagrado de la vida
Mira a los sabios y a los malvados, que se alimentan del fuego sagrado de la vida.
Estos son versos de la canción de Gordon Lightfoot titulada Don Quijote, y destacan una importante verdad: tanto los sabios como los malvados se alimentan de la misma energía.
La Utopía, con límites
Cuando yo era niño, había una canción popular cuyo estribillo repetía esta frase: Everyone is searching for Utopia (Todos buscamos la Utopía). Sí, todos la buscamos. Todos nosotros ansiamos un mundo sin límites, una vida en la que nada vaya mal, un lugar en el que no haya tensión ni frustración. Pero eso nunca se da. No existe tal lugar.
Nuestro propio Viernes Santo
Cuando los romanos idearon la crucifixión como su instrumento de pena capital, tenían en mente más que sólo dar muerte a alguien.
Lo que no hemos acertado sobre el sexo
Hace varios años, en el espacio de preguntas y respuestas después de una conferencia pública, un joven más bien descontento me hizo una pregunta que llevaba un poco de intención: “Parece que Vd. escribe mucho sobre sexo”, dijo. “¿Tiene un problema particular con él?”
Pero ¿dónde están los otros?
La mayoría de nosotros hemos sido educados para creer que tenemos el derecho a poseer todo lo que nos viene honradamente, tanto por nuestro propio trabajo como por legítima herencia. Sin importar lo cuantiosa que pueda ser la riqueza, es nuestra, con tal de que no defraudemos a ninguno a lo largo del camino.
Nuestra lucha por la celebración adecuada
No sabemos celebrar las cosas como deben ser celebradas. Queremos hacerlo, pero por lo común no sabemos cómo. Generalmente lo celebramos mal. ¿Cómo lo celebramos de ordinario? Exagerando las cosas; realizando muchas de las cosas que hacemos ordinariamente: bebiendo, comiendo, conversando, cantando y divirtiendo, y llevando esto a la exageración.
Lecciones a causa del fracaso
¿Qué hay que aprender de nuestro fracaso, de ser humillados a causa de nuestras propias culpas? Generalmente, esa es la única manera como crecemos. Al ser humillados por nuestras propias insuficiencias, aprendemos esas lecciones de la vida a las que somos sordos nos cuando pavoneamos llenos de seguridad y orgullo.






