Jesús no quiere admiradores, sino seguidores. El Huerto de Getsemaní nos invita, a cada uno de nosotros, a intervenir y a crecer e intensificar nuestra entrega.

Jesús no quiere admiradores, sino seguidores. El Huerto de Getsemaní nos invita, a cada uno de nosotros, a intervenir y a crecer e intensificar nuestra entrega.
Jesús no quiere admiradores, sino seguidores. El Huerto de Getsemaní nos invita, a cada uno de nosotros, a intervenir y a crecer e intensificar nuestra entrega.