El águila necesita renovarse. Como tú y como yo. La Cuaresma es un tiempo propicio. Pero siempre que uno sienta que ya apenas puede volar

El águila necesita renovarse. Como tú y como yo. La Cuaresma es un tiempo propicio. Pero siempre que uno sienta que ya apenas puede volar
“Quiero misericordia, y no sacrificios” (Sal 116). Si conociéramos el amor de Dios, ¡si quedáramos, como representa la imagen con la que acompañamos el texto, con los ojos fijos en quien se entregó por nosotros!
Cuando es el padre el que se marcha del hogar… y un día regresa. ¿Qué hará la madre, qué harán los hijos? Tiempo de reencuentro y perdón también familiar.
El águila necesita renovarse. Como tú y como yo. La Cuaresma es un tiempo propicio. Pero siempre que uno sienta que ya apenas puede volar
“Quiero misericordia, y no sacrificios” (Sal 116). Si conociéramos el amor de Dios, ¡si quedáramos, como representa la imagen con la que acompañamos el texto, con los ojos fijos en quien se entregó por nosotros!
Cuando es el padre el que se marcha del hogar… y un día regresa. ¿Qué hará la madre, qué harán los hijos? Tiempo de reencuentro y perdón también familiar.