Cuando Pablo preguntó a los discípulos de Efeso si habían recibido el Espíritu al hacerse cristianos, ellos respondieron: «No, nunca hemos oído decir que exista un Espíritu Santo» (Hech 19,1). Nosotros sí que lo hemos oído. Pero ¿qué nos imaginamos?
Cuando Pablo preguntó a los discípulos de Efeso si habían recibido el Espíritu al hacerse cristianos, ellos respondieron: «No, nunca hemos oído decir que exista un Espíritu Santo» (Hech 19,1). Nosotros sí que lo hemos oído. Pero ¿qué nos imaginamos?
El Espíritu conduce al Cenáculo, a la Casa cerrada del Encuentro. Y allí estalla en mil lenguas de fuego para modelar y transfigurar una vieja comunidad.
La palabra « transfiguración » con la cual describimos la fiesta que hoy -6 de agosto de 2020- celebramos, me recuerda otra palabra que hoy se repite cada vez más. ¡Es la palabra “trans-humanismo”!
Leemos y escuchamos durante estos días muchos pronósticos respecto al Post-Coronavirus: unos rebosan optimismo, otros escepticismo, otros pesimismo. El Evangelio de este día nos ofrece una clave alternativa, por parte de Jesús. Y es válida también para la Iglesia y sus comunidades.
Al compás de la liturgia de esta Semana Santa -en aislamiento- y celebrada en comunidad doméstica- hemos ido pasando de una experiencia a otra. Durante estos “Tres Días” últimos hemos pasado del Cenáculo a Getsemaní, de los tribunales al Calvario, del Calvario a la Tumba, con una tremenda confesión: “descendió a los infiernos”. Hoy es el día de Resurrección .
Pasó el tiempo de los apasionados ateísmos. Pasó también el tiempo de las apasionadas defensas de Dios. Hoy se habla poco de Dios. El número de los no-creyentes sigue creciendo en los países hasta ahora llamados cristianos.
José Cristo Rey García | Ecología del Espíritu
La avaricia es un pecado capital al que solemos prestar poca atención. Es un pecado raíz que habita en cada uno de nosotros. Puede estar más o menos oculto, más o menos despierto. Pero ¡ahí está! Es un virus enormemente destructivo. Destruye el amor y lo convierte en inmisericorde y homicida, pero “homicida de guante blanco”.
José Cristo Rey García | Ecología del Espíritu
Uno no sabe hasta dónde puede llegar la maldad en el corazón del ser humano. ¡Qué poco respeto a la vida propia y a la vida de los demás! ¡Cuánto odio albergamos en el corazón! ¡Qué incapaces somos de impedir que el odio crezca y se acumule hasta desbordarse en los demás! El mensaje de este domingo es: ¡Misericordia!
Cuando Pablo preguntó a los discípulos de Efeso si habían recibido el Espíritu al hacerse cristianos, ellos respondieron: «No, nunca hemos oído decir que exista un Espíritu Santo» (Hech 19,1). Nosotros sí que lo hemos oído. Pero ¿qué nos imaginamos?
El Espíritu conduce al Cenáculo, a la Casa cerrada del Encuentro. Y allí estalla en mil lenguas de fuego para modelar y transfigurar una vieja comunidad.
La palabra « transfiguración » con la cual describimos la fiesta que hoy -6 de agosto de 2020- celebramos, me recuerda otra palabra que hoy se repite cada vez más. ¡Es la palabra “trans-humanismo”!