La relación conyugal es un camino que está hecha de sentimiento y pasión; de fascinación y decisión. Es un camino creciente de fidelidad, fecundidad y felicidad.

La relación conyugal es un camino que está hecha de sentimiento y pasión; de fascinación y decisión. Es un camino creciente de fidelidad, fecundidad y felicidad.
En las próximas semanas, la liturgia, la predicación, muchas de nuestras afirmaciones, hablarán de esperanza.
Si el seguimiento como identidad cristiana es pasión por Jesucristo y proseguimiento de su causa evangelizadora, incluye también la fascinación por su forma de hablar y de comunicar.
Los ojos enamorados no se limitan a la visión de la persona amada; se extienden y trasfiguran la realidad entera.
Ahora ya no solo se celebra la despedida de soltero; ahora celebramos ya las despedidas de casados.
Se nos insiste a los pastores y a los fieles que suframos y amemos junto con las personas interesadas, debemos ofrecer una ayuda fundada conjuntamente en la verdad y en el amor.
Su situación las excluye de la plena comunión eucarística. Esto es una fuente de sufrimiento para muchos que se sienten rechazados.
La misión evangelizadora es de todos los cristianos y de todas las edades. Cada etapa de la vida tiene sus dones que aportar a la construcción del Reino de Dios. Las personas jubiladas tienen nuevas posibilidades de compromiso voluntario.