Bienvenidos al Rincón de Juan. Comentario al evangelio del domingo 15 de junio: Solemnidad de la Santísima Trinidad.
“El Espíritu de la verdad os guiará hacia la verdad plena.”
Celebramos hoy la fiesta de la Trinidad, en la cual se nos recuerda que lo importante no es solo creer en Dios, sino en qué Dios creemos, o mejor dicho, cómo es Dios.
La Trinidad se revela como el Dios que no debemos olvidar.
Porque la causa por la que muchos hombres y mujeres hoy no creen en Dios —aparte del problema del mal— son las falsas imágenes que tienen de Dios:
un Dios serio, castigador, distante;
un Dios policía, vigilante;
un Dios que se desentiende de las necesidades de la gente.
Esta fiesta de la Trinidad nos va a recordar tres claves importantísimas:
Que Dios sea Trinidad no significa que sea un ser distante o aislado, un ser solitario, sino que Dios es una comunidad de personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo que se aman.
Ese amor intra-trinitario genera constantemente un amor expansivo que hace posible la creación y la existencia.
Dios, por lo tanto, es un amor en constante donación y entrega.
Que Dios sea Trinidad no significa que sea un ser inabarcable o incomprensible, al que no se le podía ver cara a cara —como en el Antiguo Testamento—, sino un Dios que se ha encarnado en el Hijo, es decir, que se ha hecho uno de nosotros, para que nosotros podamos llegar a Él.
Por lo tanto, es un Dios accesible.
En ninguna otra religión la divinidad se encarna, salvo en la nuestra.
Que Dios sea Trinidad no significa que sea un Dios que se desentiende de las necesidades y problemas de las personas, sino que es un Dios que se comunica a través del Espíritu Santo, derramando sus dones y su alegría.
Se comunica en su acción de ser defensor, consejero, lo que hace el Espíritu Santo.
Aplicaciones prácticas
Podemos decir que Dios Trinidad es un amor que desciende.
Por lo tanto, fíjense:
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Si Dios es comunidad, toda actitud que construye comunidad se acerca a lo que Dios es. Y toda actitud individualista se aleja de la esencia de Dios.
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Que Dios sea un ser encarnado significa que toda actitud que humanice y se encarne en las preocupaciones y necesidades de los hombres y mujeres, son actitudes que se acercan a lo que Dios es.
Y a la inversa, todo lo que se desentienda de los demás no son actitudes que tengan que ver con Dios.
Que Dios es comunicador en el Espíritu Santo, comunicando sus dones y su alegría, significa que toda actitud de gozo, de alegría, de interés por los demás, de compartir, son actitudes que se acercan a la esencia de Dios.
Y a la inversa, lo contrario lo aleja de ella.
Dios no está lejos. Dios no es un ser distante. Dios no es un ser solitario.
El misterio de la Trinidad nos indica cómo es Dios.
No es una cuestión teórica, no es simplemente una argumentación teológica: tiene muchas consecuencias prácticas.
Por eso, hoy celebramos también la jornada Pro Orantibus, es decir, la jornada de oración por todos los hombres y mujeres que, en los monasterios, en la vida contemplativa, dedican su vida a la oración y a la intercesión por el mundo.
En esos monasterios y centros de espiritualidad nos ofrecen un espacio a nosotros de silencio, de oración, de encuentro con Dios.
El lema para esta jornada Pro Orantibus es:
“Orar con fe, vivir con esperanza.”
Pues Dios es Trinidad:
Es un ser en comunidad,
es un ser encarnado,
es un ser que se comunica.
Que podamos gozar y recibir este amor que desciende.
¡Feliz domingo!