Bienvenidos al rincón de Juan.
Bienvenidos al Rincón de Juan. Comentario al evangelio del domingo 11 de mayo, cuarto domingo de Pascua y domingo del Buen Pastor o de oración por las vocaciones.
¿Dónde te gustaría trabajar? ¿Dentro de un edificio o al aire libre? ¿Te gustaría trabajar en medio de una ciudad o en un entorno natural? Os hago esta pregunta porque hoy por hoy el pastor es un oficio casi desaparecido en nuestra cultura, pero en la época bíblica era muy común ser pastor. En la Biblia aparecen muchos personajes que fueron pastores: Abel, Abraham, el rey David, Jacob, Moisés, por citar algunos.
Y hablamos hoy del pastor porque la figura que presenta este cuarto domingo de Pascua es la de Jesús como Buen Pastor. Es una figura que aparece ya en el siglo III en las catacumbas de Roma, donde hay una pintura de Jesús llevando una oveja a los hombros, cuidando de las ovejas.
¿Qué significa esta imagen de Jesús como Buen Pastor, aunque este oficio haya desaparecido hoy casi por completo? Pues fijaros en la escena del evangelio de hoy. Anteriormente a la secuencia que vamos a meditar, Jesús está paseando por el templo de Jerusalén y un grupo de judíos lo rodea con un aire amenazador y le hacen la pregunta: ¿quién eres tú realmente?, ¿eres tú el Mesías que esperamos? Jesús, a estos judíos que le están provocando, les reprocha su falta de fe: «No creéis, porque no sois ovejas mías. Mis ovejas me conocen y escuchan mi voz».
En esta secuencia, a continuación, van a coger piedras para apedrearlo. Y es la secuencia en la que Jesús nos va a explicar hoy en el evangelio que Él es el Buen Pastor.
¿Qué hace un pastor? Bueno, si tenéis la suerte de conocer alguno de los pocos que quedan, un pastor en primer lugar conoce a todas sus ovejas, las cuida, las protege, les ofrece lo mejor: los mejores pastos, el agua más fresca, está siempre con ellas. No es lo mismo un contratado, un asalariado —esto lo entendemos bien— y un pastor que conoce a cada una de ellas. Incluso algunos pastores las llaman por nombres diferentes. Es increíble.
Pues esta imagen nos ayuda a entender qué hace Jesús con nosotros. Nos cuida, nos conoce, nos llama por nuestro nombre, nos quiere conducir a los mejores pastos, a las frescas aguas. Pero Él, como Buen Pastor que es, no va a imponer nada. No fuerza a nadie, no gobierna, sino que da la vida. Por eso llama a cada uno por su nombre. Para Él no hay masas, sino que cada uno somos un «tú» personalizado.
La pregunta que nos hacemos en este cuarto domingo de Pascua, jornada mundial también de oración por las vocaciones —que tiene un lema muy bonito: «Para el Señor en los hermanos»— es: ¿cómo escuchar hoy su voz?
Vivimos en un ambiente dominante donde se vive como si Dios no existiera, donde planificamos la vida y caminamos sin tenerle en cuenta en nuestro horizonte. Vivimos, en definitiva, como si fuésemos huérfanos, con mucha soledad, y nos olvidamos de que el mundo está en manos de Dios, no en las nuestras. Que aunque perdamos el ánimo, Dios no se queda sin fuerzas para salvar. Que aunque la gente no venga a la Iglesia, a Dios no se le escapan de sus manos protectoras todos los hombres y mujeres, porque todos somos criaturas suyas. Y que Dios es Dios, y ninguna crisis podrá arrebatar de sus manos a sus hijos con un amor infinito.
¿Dónde escuchar hoy tu voz? Estamos en un momento cumbre de la Iglesia, donde vamos a elegir al nuevo pastor, al sucesor de Pedro que va a llevar el timón de esta nave. Oramos para que el nuevo pastor, el nuevo Papa, realmente esté escuchando permanentemente esta voz de Dios. Y que el Señor, en nosotros, despierte la capacidad para escucharlo, para escuchar esa voz que nos llama amorosamente y para seguir sus pasos.
Feliz cuarto domingo de Pascua.