ODS-2030 Miércoles de la Primera Semana de Cuaresma: 13 de marzo de 2019

Print Friendly, PDF & Email
Print Friendly, PDF & Email

Ciudad Redonda. Un lugar para compartir lo que somos.ODS 3: Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades


VER:

Enfermedades que en nuestro ámbito no sólo no son mortales, sino que son raras o ya están controladas, están sin embargo segando la vida de miles de personas en otras latitudes.
Las farmacéuticas encarecen los remedios o simplemente no investigan al no ser productivas. Por otro lado, más de 50.000 niñas mueren cada año por embarazos precoces. La tasa mundial de mortalidad materna se sitúa en 216 muertes N por cada 100.000 nacimientos. Necesitaremos algún signo más para ver que es urgente una conversión en lo personal y en el sistema que nos sustenta.

JUZGAR: LECTURAS DEL DÍA

La Cuaresma: urgencia de conversión. Los ninivitas abandonan el mal camino. (Jon 3,1)
A esta generación no se le dará más signo que el signo de Jonás. (Lc 11,29)

ACTUAR:

Señor Jesús, hecho pobre para enriquecernos con Tu pobreza,
escucha nuestra oración.
Por el frío del pesebre y de la noche de Navidad, acuérdate de aquellos que no tienen una morada digna.
Por el miedo y la inseguridad de la huida a Egipto, acuérdate de los emigrantes y refugiados.
Por los años de pobreza vividos en Nazaret,
acuérdate de tantos hombres y mujeres
que no ganan lo suficiente para mantener a sus familias.
Por el dolor que causaste a María y a José cuando te quedaste en el templo, acuérdate de los padres cuyos hijos se han perdido por caminos inicuos.
Por la violencia, la injusticia, la hipocresía, el odio
de las que has sido víctima inocente,
haznos comprender las bienaventuranzas de la mansedumbre,
de la justicia, de la misericordia y de la paz.
Por las horas terribles en el Calvario, acuérdate de los que yacen sin salud y sin recursos en su lecho de dolor.
Por la intercesión de María, Tu Madre,
que cantó la eficacia de la Providencia en los humildes y hambrientos, ayúdanos a superar nuestra insensibilidad e indiferencia.
Que todos los pobres experimenten que, a través de nosotros, discípulos del Resucitado, se cumple la promesa: "Yo estaré siempre con vosotros". Amén.
(Hermanas Franciscanas de la Divina Providencia).