Enviar artículo
María, la mujer creyenteDe distintos santos se ha dicho que eran dignos de admirar por sus asombrosas proezas ascéticas, pero imposibles de imitar. El Concilio enseña que la santidad de María fue, ya desde el primer instante, enteramente singular (LG 56), y añaden que fue una santidad arcana, profunda (nº 64); pero los Padres sinodales se cuidaron mucho de declarar que María es inimitable.