PRIMER PASO: LECTIO
¿Qué dice el texto?
Lectura del santo evangelio según Juan 14, 23-29
El Espíritu Santo os irá recordando todo lo que os he dicho
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él.
El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió.
Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho.
La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: «Me voy y vuelvo a vuestro lado.» Si me amárais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo.»
NOTAS BÍBLICAS
Estas palabras las pronuncia Jesús durante su última cena, después de haber lavado los pies a sus discípulos.
Judas, no el Iscariote, la hace una pregunta a Jesús, justo en el versículo anterior, el 22: «Señor, ¿qué ha sucedido para que te reveles a nosotros y no al mundo?».
El texto que se proclama en la liturgia es la respuesta de Jesús, a la que le falta su última frase, en la que dice: «Ya no hablaré mucho con vosotros, pues se acerca el príncipe de este mundo» (versículo 30).
En el versículo siguiente, el 31, se encuentra el final original del discurso de Jesús, cuando dice «¡Levantaos, vámonos de aquí!»; si embargo no se van ni se levantan, sino que Jesús sigue hablando durante los tres siguientes capítulos.
En el texto de este Domingo, se muestra la Santísima Trinidad, pues Jesús habla de su Padre y del Espíritu Santo, al que califica de Paráclito.
Tras aclarar quién es discípulo suyo (el que guarda su Palabra), revela la relación de cada persona divina con sus discípulos:
– El Padre hace morada -junto a Él mismo- en el discípulo (no dice que también lo hace el Espíritu Santo, porque éste aún no ha sido derramado).
– El Espíritu Santo es maestro interior del discípulo, y su paráclito, esa figura antigua en la que otra persona hacía de valedor, de defensor.
– Jesús es el que da la Palabra -que es de su Padre-, que la guarda quien le ama, Y a quien la guarda, además de morar en él junto a su Padre, le da su paz , distinta a la del mundo.
SEGUNDO PASO: MEDITATIO
¿Qué nos dice el texto?
Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.
DESDE LA ALEGRÍA DE LA PASCUA
(Mujer, casada, 3 hijos, trabaja, pertenece a comunidad cristiana, evangelizadora-cantautora de música católica)
«Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre…».
Nos encontramos en un momento de la Pascua en el que comienza la «cuenta atrás» para la Ascensión del Señor (que será el jueves que viene, aunque litúrgicamente se ha pasado al domingo). Jesús nos prepara para que no seamos «posesivos» con su Presencia.
Él debe ir al Padre, para que el Espíritu Santo pueda manifestarse en plenitud en la historia de la Iglesia. Y nos habla de lo que realmente es profesar nuestro amor por Él: guardar sus palabras.
De igual forma que guardamos palabras más sencillas de quienes amamos, guardemos como un tesoro las palabras del Señor en nuestro corazón. Nada nos dará más alegría que recordarlas en todas las situaciones que nos toque vivir, porque guardar su Palabra es guardarle en nuestro corazón.
DESDE LA VIVENCIA DE LA PASCUA
(Mujer, soltera, trabaja, pertenece a comunidad eclesial y Movimiento Seglar)
«Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre…».
Jesús advierte a sus discípulos del suceso de su paso de esta vida, a la eternidad e invita a estar alegres, seguro de que irá a reunirse con el Dios Padre.
Esta porción del Evangelio me permite dar otro sentido a la vida, en la esperanza de perseverar en el amor que el mismo Jesús comunica, y gozar de una buena muerte.
La Pascua, se puede explicar como el «paso» de una condición o circunstancia, a otra. Es experimentar un cambio, una partida, un tránsito.
Así, los seres humanos estamos destinados a tener en la vida terrena, algunas pascuas y, la principal, cuando ya somos llamados a partir de este mundo.
Que el anhelo de la vida eterna nos motive a ser mejores seres humanos mientras transitamos esta vida. Y que el duelo por los seres queridos, en lugar de desolación, podamos afrontarlo con Espíritu de consolación, encomendado sus almas al gozo del reino de los cielos.
TERCER PASO: ORATIO
¿Qué nos hace decir el texto?
(Hombre, casado, trabaja, pertenece a movimiento cristiano)
… OS LO ENSEÑE TODO.
Espíritu santo, enséñanos a afrontar los retos de la evangelización en estos tiempos caóticos.
Espíritu santo, enséñanos a ajustar el tono emocional a las exigencias del entorno.
Espíritu santo, enséñanos a atrevernos de verdad a saciar la sed que habita en nuestro corazón.
Espíritu santo, enséñanos a buscar la raíz de la vida que nos da fuerzas para cuidar la vida.
Espíritu santo, enséñanos a callar misericordiosamente ante las clericaladas de clérigos desnortados.
Espíritu santo, enséñanos a captar la lentitud del crecimiento de las semillas de esperanza.
Espíritu santo, enséñanos a compartir como lo hacen los niños en su inocencia.
Espíritu santo, enséñanos a comprender con lo mejor de nuestra sensibilidad el corazón del que sufre.
Espíritu santo, enséñanos a conocernos de verdad, de verdad de la buena ante ti.
Espíritu santo, enséñanos a controlar esos impulsos que nos alejan de ti y de los demás.
Espíritu santo, enséñanos a crecer hacia es nueva infancia abierta al amor sobre todo amor.
Espíritu santo, enséñanos a cuidar de verdad la vida, toda vida.
Espíritu santo, enséñanos a cultivar nuestra inteligencia ofreciendo palabras que den esperanza.
Espíritu santo, enséñanos a decir sí como María y los grandes santos de la historia de la humanidad.
Espíritu santo, enséñanos a desear crecer en nuestra espiritualidad.
Espíritu santo, enséñanos a encontrar las palabras adecuadas que hagan sentirse en paz a los demás.
Espíritu santo, enséñanos a irradiar la paz, tu paz, la paz que sosiega los corazones rotos.
Espíritu santo, enséñanos a luchar contra cualquier sufrimiento evitable.
Espíritu santo, enséñanos a madurar como creyentes que quieren de verdad evangelizar.
Espíritu santo, enséñanos a manejarnos inteligente y amorosamente con la envida, propia y ajena.
Espíritu santo, enséñanos a mejorar sin prisa, sin pausa en la creación de novedades evangélicas.
Espíritu santo, enséñanos a mirar con misericordia tanta ignorancia que nos golpea la sensibilidad.
Espíritu santo, enséñanos a poner amor sin racaneos.
Espíritu santo, enséñanos a saber soportar las tensiones con fortaleza.
Espíritu santo, enséñanos a saborear la poesía de la sensibilidad de lo mejor del corazón humano.
Espíritu santo, enséñanos a salir de nuestros cajones de seguridad, de rigidez, de control.
Espíritu santo, enséñanos a ser asertivos, amorosa e inteligentemente asertivos.
Espíritu santo, enséñanos a ser conscientes del impacto emocional de lo que decimos y hacemos.
Espíritu santo, enséñanos a ser humildes, realmente humildes de pensamiento, palabra y obra.
Espíritu santo, enséñanos a ser líderes que sirven a mejorar la realidad donde vivimos.
Espíritu santo, enséñanos a ser lúcidos buscando lo mejor en estos tiempos extraños.
Espíritu santo, enséñanos a ser maestros de la empatía y de la serenidad.
Espíritu santo, enséñanos a ser perseverantes en las tareas del amor fraternal.
Espíritu santo, enséñanos a silenciarnos piadosamente ante el misterio de la vida.
Espíritu santo, enséñanos a sosegar nuestro ego en los fracasos.
Espíritu santo, enséñanos a sosegar nuestro ego en los triunfos.
Espíritu santo, enséñanos a tener la paciencia de los árboles.
Espíritu santo, enséñanos a tener un sentido del humor integrador.
Espíritu santo, enséñanos a tener una presencia que genere comunión por encima de las diferencias.
Espíritu santo, enséñanos a vivir en la sana autoestima de la humilde búsqueda de la verdad.
Espíritu santo, enséñanos el amor de los hijos de Dios.
Espíritu santo, enséñanos el silencio de los que tienen sed de santidad en su día a día.
Espíritu santo, enséñanos la belleza de la ternura que salva al mundo.
Espíritu santo, enséñanos la bondad sin límites del Padre del hijo pródigo.
Espíritu santo, enséñanos la comunión infinita de los santos de toda la humanidad.
Espíritu santo, enséñanos la entrega de los misioneros que están donde nadie quiere estar.
Espíritu santo, enséñanos la escucha sin tiempo, la escucha que sabe acoger sin canonicismos.
Espíritu santo, enséñanos la fraternidad que brota del compartir mesa y misa.
Espíritu santo, enséñanos la insensatez de los enamorados de lo santo.
Espíritu santo, enséñanos la inteligencia de los hijos de Dios.
Espíritu santo, enséñanos la justicia del Reino, la justicia de la misericordia.
Espíritu santo, enséñanos la justicia que transforma la dureza de corazón.
Espíritu santo, enséñanos la libertad de los hijos de Dios.
Espíritu santo, enséñanos la religiosidad de los hijos de Dios.
Espíritu santo, enséñanos la sabiduría de la vejez que se deja cuidar.
Amén. Aleluya. Aleluya. Aleluya.
CUARTO PASO: CONTEMPLATIO
¿Quién dice el texto?
(Autorizado por el autor, Fano en www.diocesismalaga.es)
ÚLTIMO PASO: ACTIO
¿A qué nos lleva el texto?
(Hombre, casado, 3 hijos, pertenece a comunidad cristiana y Movimiento Laical)
Leemos hoy que Jesús se despide de sus discípulos dejándoles tres dones; su Palabra, el Espíritu Santo y su Paz.
¿Qué papel tiene la Palabra de Dios en mi vida? ¿La uso para discernir y tomar decisiones? ¿O la olvido al salir de misa?
¿Trato de estar atento a las inspiraciones del Espíritu en mi existencia? ¿Soy consciente de que es el Espíritu el que realmente dirige la Iglesia y procuro abrirme a sus orientaciones?
¿Soy capaz de diferenciar la paz de Jesús y la paz del mundo? ¿Busco la paz de Jesús? En mi familia, trabajo, amistades, parroquia, asociaciones, redes sociales ¿Soy un instrumento de paz?
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