Evangelio Seglar para el domingo XIV del Tiempo Ordinario – 6 de julio de 2025

5 de julio de 2025

PRIMER PASO: LECTIO

¿Qué dice el texto?

Lectura del santo evangelio según San Lucas 10, 1-12. 17-20

Descansará sobre ellos vuestra paz

En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies.

¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino.

Cuando entréis en una casa, decid primero: «Paz a esta casa.» Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros.

Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario.

No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: «Está cerca de vosotros el reino de Dios.»

Cuando entréis en un pueblo y no os reciban, salid a la plaza y decid: «Hasta el polvo de vuestro pueblo, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos, sabed que está cerca el reino de Dios.»

Os digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para ese pueblo.»

Los setenta y dos volvieron muy contentos y le dijeron: «Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre.»

Él les contestó: «Veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad: os he dado potestad para pisotear serpientes y escorpiones y todo el ejército del enemigo. Y no os hará daño alguno. Sin embargo, no estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo.»

NOTAS BÍBLICAS

Es el relato del envío de 72 discípulos y su vuelta. La liturgia ha suprimido los versículos 13 al 16

En algunos códices los enviados son 70 (tal era el num. De los dirigentes del pueblo en tiempos de Moisés Ex. 24)

En la versión griega de nuestro Antiguo Testamento (Gen 10), los pueblos de la tierra son 72 (en el original hebreo son 70). Lucas indicaría con el número de enviados que el evangelio es para todos los pueblos.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  Ni se dice dónde ocurre el, ni nombra los lugares donde van, ni se identifica a nadie de los enviados. Lucas deja que el lector se identifique con ellos.

Según Jesús, la semilla sembrada (ver capítulo 8) ha dado tal cosecha que los obreros resultan insuficientes. Hay que pedir a Dios -el dueño del campo- más trabajadores.

Jesús da instrucciones concretas a los enviados, cuya finalidad es que éstos se centren en el anuncio del Reino de Dios. También les advierte de las dificultades (van como corderos en medio de lobos) y cómo han de reaccionar ante ellas.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  La alegría es la nota característica del resultado de la misión y Jesús lleva hasta su fuente auténtica: los enviados serán recibidos en el cielo (sus nombres inscritos en el cielo: en las grandes ciudades orientales había un libro donde eran consignados los visitantes ilustres).

En cambio, del cielo cae el ángel Acusador (en hebreo, Satanás), según Jesús. Esta misión supone una derrota para los espíritus del mal (los demonios y Satanás).

SEGUNDO PASO: MEDITATIO

¿Qué nos dice el texto?

Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.

DESDE EL TRABAJO
(Mujer, casada, trabaja, pertenece Comunidad eclesial y Movimiento Laical)

Comentar el evangelio en clave laboral está siendo todo un reto para mí. Confieso que, a pesar de que gran parte de las horas del día las paso trabajando, siempre me ha costado mucho vivir y compaginar esta llamada a llevar el Evangelio en mi ámbito laboral. Quizás por esto el Señor me ha encargado esta misión.

Cuando he escuchado y orado esta Palabra en el pasado, siempre he sentido una fuerte llamada que he identificado sin problema en mi vida familiar, mi vida pastoral, la comunidad eclesial, las amistades… pero ¿no tiene acaso sentido que haga un esfuerzo extraordinario por llevar la Buena Noticia allí donde precisamente paso más tiempo?

En mi caso aparecen unas excusas maravillosas que esconden complejo y cobardía: “no, no vaya a ser que ofenda” “bueno, mejor si respeto otras creencias” “este tipo de cuestiones mejor para mi vida personal” y ahí sigue ese compañero con depresión, aquel otro, que pasa todo el día con el ceño fruncido, el que está quemado y ya no encuentra la ilusión en casi nada, aquella compañera perdida y sin proyecto vital…

El Señor nunca se equivoca y conoce a sus hijos, que perdidos lo esperan.

Él sabe que, en el fondo, todos le buscamos desesperadamente y sin embargo no todos encontramos el camino de vuelta a casa, porque aunque “la mies es mucha, los obreros son pocos” y yo como seglar, tan cerca como estoy, tantísimas horas al día, debo salir al encuentro, confiar en la Divina Providencia y anunciar a Cristo, no solo con el ejemplo, sino también con la palabra, proclamar su Nombre, ser valiente y anunciar que el Señor es quien sostiene mi vida, que Él es el motivo de mi Alegría y que mi Esperanza no se verá defraudada porque nada hay imposible para Dios, que nos ama con Amor eterno y nunca se cansará de esperarnos.

DESDE LA ENFERMEDAD
(Mujer, soltera, sociosanitaria, actualmente baja por enfermedad, pertenece Comunidad Eclesial y Movimiento Laical)

A veces me siento sin fuerzas. La enfermedad me pesa como una mochila llena de piedras. Me levanto por la mañana y me pregunto si hoy podré con el día. Y, sin embargo, cuando escucho este evangelio, algo se enciende dentro de mí.

El Señor envía a setenta y dos, estos no son sabios ni fuertes, son personas comunes, sencillas… tal vez como yo. Y los manda de dos en dos, porque sabe que solas no podemos. Esto al final me consuela: no estoy sola. En la comunidad, en mi trabajo, en mi debilidad, Él camina conmigo.

Me manda como cordero en medio de lobos, y yo sé lo que es eso. En mi trabajo sociosanitario, me encuentro muchas veces con sufrimiento, rechazo, soledad… también con personas que no quieren recibir paz. Pero el Señor me recuerda que, si hay gente de paz, mi saludo traerá consuelo. Y si no, mi paz volverá a mí. Nada se pierde, nada es inútil.

No me pide que lleve muchas cosas, ni recursos, ni seguridades, solo confianza. Me invita a entrar con humildad, con sencillez, a compartir la vida, a curar a los que sufren. Eso me cuestiona, porque en medio de mi propia herida, Él me dice: “cura a los enfermos”. Es decir: aun enferma, puedo ser instrumento de sanación, aunque yo misma llore, puedo consolar.

Y si no me reciben… sacudo el polvo, no como si fuera un rechazo, sino como libertad. Porque no todo depende de mí, solo de mi fidelidad. No del resultado.

Al final, los discípulos vuelven contentos. A veces yo también. Otras veces no. Pero el Señor me enseña lo que realmente importa: no los logros, sino saber que mi nombre está escrito en el cielo, que soy suya, que me ama tal como soy.

TERCER PASO: ORATIO

¿Qué nos hace decir el texto?
(Hombre, casado, pertenece a Movimiento cristiano)

¡PONERSE EN CAMINO!

¡Ponerse en camino!,
cuidando la vida
en lo diario,
en lo pequeño,
en los detalles,
con el reino como horizonte,
con la esperanza cierta
de que lo mejor está por venir.

¡Ponerse en camino!,
peregrinos entre ruinas
que nos dañan
y destellos de lo nuevo
que surgen por la fuerza
inagotable del Espíritu…
destellos
que nos alimentan,
que nos mejoran,
que nos llenan de esperanza.

¡Ponerse en camino!,
exploradores de indicios nuevos del Reino,
enraizados en miles de años
de experiencia en la santidad del Reino,
de experiencia en la santidad de la misión,
de experiencia en la santidad del Espíritu.

¡Ponerse en camino!,
navegantes hacia nuevas rutas
de encuentro,
de comunión,
de crecimiento
como hijos de Dios,
como seres humanos,
como vivientes enraizados
en la fuente inagotable
de la vida.

¡Ponerse en camino!
aportando lo que falta,
con humildad,
con rotundidad,
con la comprensión que nos da
el deseo de fraternidad,
el deseo de comunión,
el deseo de justicia
que brota de lo mejor
de los corazones
de los seres humanos.

¡Ponerse en camino!
llamados,
enviados,
capacitados,
con la libertad de los hijos de Dios,
con la lucidez de los hijos del Reino
con la humildad de los que cumplen
la voluntad de Dios,
Padre de todos,
Padre de la vida inagotable,
Padre del amor siempre presente.

CUARTO PASO: CONTEMPLATIO

¿Quién dice el texto?

(Autorizado por el autor, Fano en www.diocesismalaga.es)

ÚLTIMO PASO: ACTIO

¿A qué nos lleva el texto?

(Hombre, casado, 3 hijos, pertenece a comunidad cristiana y movimiento seglar)

“Los mandó por delante de dos en dos”.

¿Soy consciente de que la vivencia de la fe y la evangelización son tareas comunitarias o me dejo llevar por el individualismo?

“Os mando como corderos en medio de lobos”.

¿Me esfuerzo en conocer en profundidad la realidad social que me toca evangelizar o quizá podríamos decir que mi planteamiento es ingenuo?

“Decid…Paz a esta casa…está cerca de vosotros el Reino de Dios”.

En mis conversaciones, encuentros, redes sociales… ¿Qué encuentra la gente? ¿Condenas? ¿Legalismos? ¿Reglamentos? ¿Yugos? O más bien, esperanza, ánimo, salvación, escucha, amor…

“Estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo”.

¿Debo revisar la importancia que le doy a las cosas en mi vida espiritual y evangelizadora? ¿Qué pasos debo dar para colocar el Reino, la esperanza y la vida eterna en el lugar que les corresponde?

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