Evangelio Seglar para el Domingo 33 del Tiempo Ordinario (15 de noviembre de 2020)

13 de noviembre de 2020

LECTIO DEL DOMINGO XXXIII – TIEMPO ORDINARIO- CICLO A

PRIMER PASO: LECTIO
¿Qué dice el texto?

Lectura del santo evangelio según san Mateo 25,14-30

Has sido fiel en lo poco, pasa al banquete de tu señor

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: "Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno; a cada cual según su capacidad; luego se marchó. [El que recibió cinco talentos fue en seguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.]
Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar las cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: "Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco." Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor."
 [Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: "Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos." Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor."
Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y dijo: "Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces; tuve miedo y fui a esconder mi talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo." El señor le respondió: "Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Conque sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadlo fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes.""]

NOTAS BÍBLICAS
(por equipo coordinador, con asesoramiento de un biblista)

Los capítulos 24 y 25 de Mateo nos hablan del final de nuestro tiempo. En esa línea se sitúa esta parábola, así como la del domingo pasado, de las diez doncellas.
El "talento" del que habla la parábola era una moneda mediterránea de plata de muchísimo valor. La romana en tiempos de Jesús pesaba más de 32 kilos. Equivalía a unos seis mil "denarios", seis mil jornales según este evangelista. (El significado que le damos a la palabra "talento" como aptitud o inteligencia deriva de la interpretación de esta parábola).
La parábola nos remite a lo que ocurre cuando el propietario de esa riqueza vuelve "después de mucho tiempo" y "llamó a cuentas a sus servidores"; es decir, la parábola nos habla de cuando vuelva el Señor y realice el juicio final.
El dueño felicita a los servidores que han negociado con la riqueza que se les confió y que han ganado una cantidad similar. Es lo que se espera de nosotros: que seamos "buenos y fieles". La fidelidad y la bondad está en haber realizado la tarea encomendada. Frente a este comportamiento, condena al "malo y perezoso". La maldad está en no haber cumplido la voluntad del dueño y la pereza en la negligencia en el uso de la riqueza confiada.
Lógicamente, el propietario confiará más monedas al que es productivo y se la quitará al improductivo, como sentencia el final de la parábola.

SEGUNDO PASO: MEDITATIO
¿Qué nos dice el texto?

Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.

DESDE LA ENFERMEDAD
(mujer, casada, jubilada, convaleciente, pertenece a comunidad cristiana y movimiento seglar)

Tenemos tendencia en enfocarnos en nuestras debilidades, ¿Por qué no enfocarnos en nuestros talentos?. Los talentos son ese regalo en forma de habilidad que nos ha dado a Señor a cada uno, todos los tenemos de una manera o de otra, aunque es complicado que sepamos cuales son si nunca nos preguntamos por ellos. Me fijo en los talentos ocultos, esos que tienen algunas personas y no los sacan a la luz no por desidia, sencillamente porque no los han descubierto. Cuantas veces he oído a personas cercanas alabar las cualidades de otros y no se percatan de las suyas, a veces porque lo ven como cosas normales y no lo ven como algo especial, como si el talento fuera demasiado grande para poder recibirlo y fuera privilegio solo de unos pocos y no de todos. Viven admirando en otros los talentos pero sin trabajar los suyos.
También están los soterrados, esos dones que sabemos que tenemos pero que trabajamos poco, si acaso como hobby, como entretenimiento, o le dedicamos tiempo ahora que estamos jubilados por hacer algo. No le hemos dado la importancia que tenían porque teníamos las miras en otros asuntos, en otros nortes y los hemos dejado relegados.  No los hemos trabajado ni perfeccionado, igual si lo hubiéramos hecho nuestra vida hubiera transcurrido por otros derroteros.
De ahí la importancia de descubrir y perfeccionar nuestros talentos, intentemos dar el ciento por uno, disfrutemos de ellos, que no se nos haga tarde. Sabiendo que  no están para impresionar ni recibir elogios, están como posibilidad para servir a Dios y a los demás es entonces cuando tienen verdadero valor

DESDE EL CUIDADO DE LA CASA COMÚN
(mujer, casada, trabaja, 4 hijos y un perro, pertenece a comunidad cristiana y movimiento seglar)

En este pasaje el Señor nos sigue avisando. La semana pasada ya nos decía que teníamos que trabajar para estar preparados y para traer su Reino. En este nos hace ver que tenemos que poner todos nuestros talentos al servicio del Reino y dar lo mejor de nosotros mismos. Una pequeña manera sería dando pequeños consejos a personas a nuestro alrededor de cómo reducir nuestro consumo, o de manualidades que podemos hacer o utilidades alternativas que podemos buscar a elementos que no nos sirvan. Pero…¿Qué otros talentos tenemos de cara a disminuir el impacto en nuestra madre Tierra o a mejorarla?… El otro día vi diversos proyectos científicos que se están poniendo en marcha contra el cambio climático: en África se está plantando la gran barrera verde, aunque no es un proyecto novedoso, porque esto se está haciendo en China desde 1970 con la "Gran Muralla Verde", reforestando el desierto de Kubuqi y transformándolo en terrenos fértiles y en riqueza para población necesitada. También vi que pretenden frenar el deshielo en el Ártico esparciendo una capa de polvo o perlas de vidrio para ayudar a que se regenere el hielo. La ciencia dirigida a mejorar la vida es una maravilla. Si nosotros no tenemos ese talento (para mi ya es algo tarde), animemos a nuestros hijos e hijas a luchar por un mundo mejor, más verde, apoyemos económicamente o con firmas ese tipo de proyectos, o algo menos ambiciosos en nuestro entorno local, plantemos árboles o plantitas, lo que podamos, en nuestras casas, barrios… pidamos zonas verdes a nuestros representantes políticos, en los colegios de nuestros hijos/as, ya que irá unido además a la generación de empleo. ¿Qué más talentos tienes tú para poner al servicio de Dios? No te quedes parado, no los guardes bajo llave, compártelos y multiplícalos.

TERCER PASO: ORATIO
¿Qué nos hace decir el texto?

(hombre, casado, trabaja, pertenece a movimiento cristiano)

Señor, servir a los demás
con los dones
que nos humanizan
y humanizan la realidad donde vivimos.

Señor, servir a los demás,
nuestra tarea, nuestro anhelo, nuestra misión.

Señor, servir a los demás
buscando la verdad y el bien,
con pureza de intención,
con mansedumbre en la acción,
con humildad frente a los resultados.

Señor, servir a los demás
construyendo
paz, armonía, comunión
por donde pasemos,
con lo que digamos,
con lo que hagamos,
con nuestra presencia.

Señor, servir a los demás
buscando lo mejor
de su ser, de su hacer,
de su decir, de su sentir,
de su desear.

Señor, servir a los demás
facilitando y felicitando su vida
en los momentos cotidianos
donde se comparten las acciones diarias.

Señor, servir a los demás
compartiendo lo que somos y tenemos.

Señor, servir a los demás
apreciando todo lo bueno, lo noble, lo humano
que descubrimos en nuestras experiencias cotidianas.

Señor, servir a los demás
siendo impecables con nuestras palabras.

Señor, servir a los demás
practicando la simpatía,
la misericordia, la amabilidad.

Señor, servir a los demás
diciendo lo que pensamos,
humildemente,
buscando la verdad, el amor, la comunión.

Señor, servir a los demás
comunicándonos con la mayor claridad
que podamos,
con palabras serenas,
con gestos amables,
con sonrisa auténtica.

Señor, servir a los demás
expresando realmente
lo que queremos o lo que necesitamos.

Señor, servir a los demás
siendo realmente agradecidos
con las personas con las que compartimos
trabajo, amistad, ocio…

Señor, servir a los demás
haciendo lo mejor que podamos hacer.

Señor, servir a los demás
buscando el potencial de humanidad
que habita en cada ser humano.

Señor, servir a los demás
haciendo todo lo posible
por comprender, por reconocer, por resaltar
todo lo que de humano, noble y bello
aparece en mi relación con los demás.

Señor, servir a los demás
estando al servicio de la armonía,
de la alegría,
del lado soleado de la realidad.

Señor, servir a los demás
irradiando espiritualidad,
justicia,
integridad,
positividad,
cuidado,
servicio a la vida
y santidad.

Amén.

CUARTO PASO: CONTEMPLATIO
¿Quién dice el texto?

(Autorizado por el autor, Fano en www.diocesismalaga.es)

ÚLTIMO PASO: ACTIO
¿A qué nos lleva el texto?

(matrimonio, 5 hijos, ambos trabajan, el matrimonio pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)

Cuando alguien le pregunta a otro qué tal está, es una respuesta bastante habitual responder que “tirando”, “escapando”, “ahí vamos”, “echando días pa’tras”… así como son frecuentes los comentarios acerca de las bondades del fin de semana y lo negativo de los lunes, como “los lunes deberían quitarlos del calendario” o “por fin viernes”… o “qué bien que ya me queda tanto para jubilarme”. Vivir así, huyendo del presente, es enterrar los talentos recibidos.

Si comparo mi vida real con vidas soñadas o con vidas que nos venden, puedo sentirme una desgraciada o un desgraciado y resignarme a ver pasar los días, los meses, los años…

También puedo despertarme con el firme propósito de cambiar. Si yo cambio, todo cambia a mi alrededor. Esta semana me comprometo conmigo mismo a poner todas mis emociones positivas en lo que haga ahora, porque yo soy este momento. A estar presente, a quitarme esas preocupaciones que vienen a secuestrarme. Me encaro con ellas, les digo que se vayan, les pregunto que a qué vienen a molestarme. Me comprometo en varias situaciones que se me presenten, en vez de lamentarme, a preguntarme qué puedo hacer con lo que tengo: con lo que soy, mi creatividad, mi inteligencia, mi buen humor, lo mejor de mí, con lo que llevo en la mochila de mi vida que todo eso son los talentos que me han dado- al servicio de generar un cambio sano que sume, que ayude, que sirva, que mejore esa situación, que me haga decir con alegría “¡ha merecido la pena!”. Aunque sea un cambio pequeño. Y ofrecérselo al Señor con humildad, porque los talentos que voy a usar ha sido Él quien me los ha dado.

    

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