Nos acercamos a la celebración de la Pascua. La Pascua es vida nueva, morir con Cristo y resucitar con Él, el triunfo del Espíritu. Es lo que significamos con fuerza en el Bautismo y la Eucaristía, sacramentos pascuales.
En esta celebración penitencial, que es como una prolongación de la gracia del Bautismo, queremos unirnos también a la muerte y resurrección de Cristo. Por eso fijamos los ojos en él, Jesús crucificado.. Nos acercamos a él, para que a través del sacramento, nos alcance los dones de la resurrección, el agua, la sangre y el Espíritu. Ríos que brotaron de su costado y llegan hasta nosotros en los sacramentos.