El renovado interés espiritual de nuestra época brota de profundas exigencias de autenticidad y libertad que no quedan satisfechos por la sociedad consumista. Nuestra sociedad industrial no ha cumplido sus promesas: en lugar de ofrecer un mundo a la medida del hombre, en el que se pudiera habitar y convivir buscando el bien común, nos ha traído, entre otras cosas, la productividad como criterio de lo que "vale", la masificación y manipulación de las personas, una angustiosa falta de comunicación, un futuro amenazante, la invitación a esconder los sentimientos y la polución ecológica. Nos hemos quedado con un mundo "desalmado" (=sin alma) que consigue aplastar al hombre y le impide encontrarse consigo mismo. El hombre de hoy se encuentra "perdido" entre sus propias producciones.

Pero este despertar también tiene sus riesgos: distanciarse de un mundo secularizado, del trabajo, del compromiso socio-político; olvidarse de que Dios tiene la iniciativa al revelarse y salvar al hombre… Es necesario que la espiritualidad actual, reavivada por el contacto con la Biblia, hunda sus raíces en lo que viven los hombres, si no quiere verse "encerrada en las sacristías", o quedar reducida a algo meramente privado e individual.
PARA PENSAR Y DIALOGAR
- ¿En qué se nota ese "renovado interés espiritual de nuestra época? ¿Sientes tú esa necesidad? ¿Por qué, en qué?
- ¿Qué aspectos de tu vida están "desalmados? ¿Cómo solucionarlo?
- Señala en qué momentos de tu historia te has "cruzado con Dios". ¿Qué rastros de Dios has descubierto experiencialmente?
- ¿Qué te sugiere eso de "escuchar el misterio de las cosas", "contemplar" la realidad, encontrar la unidad con la naturaleza y el hombre? ¿Qué actitudes y condiciones son necesarias?




