La resurrección de Jesús suscita un grito de alegría: ¡Ha resucitado el Señor, aleluya! La comunidad cristiana que nace de la resurrección es una comunidad gozosa. Se la compara con una orquesta; también se la compara con un coro de muchas distintas voces; la imagen de la armonía expresa las relaciones positivas y constructivas.
