Es fácil malentender lo que significa esto. Siempre estamos buscando a Dios, aunque, por lo general, sin saberlo. Normalmente, pensamos en nuestra búsqueda de Dios como una búsqueda religiosa consciente, como algo que hacemos por nuestro propio lado espiritual.
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En el exilio
Dios no puede decir mentiras
Mentir es el más pernicioso de los males, el más peligroso de los pecados, la peor de las blasfemias y el único pecado que puede ser imperdonable. Tal vez necesitemos que nos recuerden eso hoy, dada nuestra presente cultura, en la que corremos el riesgo de perder la verdadera idea de la realidad y la verdad. Nada resulta más peligroso.
Dolorosa muerte
Casi todos nosotros estamos familiarizados con la historia de Zorba el griego, sea por el famoso libro de Nikos Kazantzakis o bien por la película. Bueno, Zorba no fue un personaje de ficción. Fue una persona real, Alexis Zorba, quien tenía una personalidad y energía más grandes que la vida; y, cuando murió, le resultó muy difícil a Kazantzakis aceptar su muerte, incrédulo de que tales energía, vigor y color fueran mortales.
¿Qué espera de nosotros el amor en este momento?
"Puedes asumir con seguridad que has creado a Dios a tu propia imagen cuando sucede que Dios odia a la misma gente a la que tú odias”. (Anne Lamott). Esas son palabras dignas de ser contempladas en todos puntos de la vertiente política y religiosa de hoy. Vivimos en un tiempo de amarga división. Desde las oficinas de nuestro gobierno hasta las mesas de nuestra cocina hay tensiones y divisiones sobre política, religión y versiones de la verdad que parecen irreparables.
¿Cuál es tu práctica?
Hoy día, la pregunta normal en los círculos espirituales no es “¿cuál es tu iglesia o tu religión?”, sino “¿cuál es tu práctica?” ¿Cuál es tu práctica? ¿Cuál es tu particular práctica de oración explícita? ¿Es cristiana? ¿Budista? ¿Islámica? ¿Secular? ¿Haces meditación? ¿Haces oración Centrante? ¿Practicas Mindfulness? ¿Durante cuánto tiempo haces esto cada día?
La Navidad como haciendo trizas los recipientes de nuestras expectativas
Resulta curioso cómo Dios deshace invariablemente los recipientes de nuestras expectativas. Nosotros tenemos cierta idea de cómo Dios debería actuar, y Dios acaba actuando de un modo que frustra todas esas expectativas; y, aun así, cumple nuestras expectativas más profundamente. Eso es ciertamente la verdad de lo que sucedió en Belén en la primera Navidad.
Atar y desatar
Decir a alguien, con todo el corazón, ‘Te amo’, es virtualmente lo mismo que decir ‘Tú nunca morirás’. El filósofo del siglo XX Gabriel Marcel escribió esas palabras, que repiten las escritas quinientos años antes por la beata Magdalena Panattieri, terciaria dominica, quien escribió a un amigo: Yo no podría ser feliz en el cielo si tú no estuvieras allí también.
Tened cuidado con vuestros círculos internos
Ningún hombre es una isla. John Donne escribió esas palabras hace cuatro siglos, y son tan válidas ahora como lo fueron entonces, aunque nosotros ya no las creemos.
Permiso para estar triste
Hoy, ni nuestra cultura ni nuestras iglesias nos dan el permiso preciso para estar tristes. Ocasionalmente, sí, cuando un ser querido muere o nos sucede alguna tragedia particular, nos permiten estar tristes, abatidos, llorosos, no optimistas. Pero hay en nuestras vidas otras muchas ocasiones y circunstancias en las que nuestras almas están legítimamente tristes.
Inmigración : antes y ahora
En el verano de 1854, el presidente de Estados Unidos, Franklin Pierce, envió a Isaac Stevens para ser gobernador del territorio de Washington, una superficie de tierra controlada por el gobierno federal. El gobernador Stevens convocó a un encuentro de jefes nativos para tratar de la tensión entre el gobierno de Estados Unidos y los nativos.
¿Tenemos ángeles de la guarda?
De niño, me enseñaron que tenía un ángel de la guarda, un verdadero ángel dado por Dios para acompañarme por todas partes y protegerme de todo peligro. Recuerdo una estampa piadosa que me dio mi madre y que mostraba a un niño pequeño jugando peligrosamente junto al borde de un acantilado y a un ángel protegiéndolo allí.