Ronald Rolheiser | En el Exilio
“Mi padre me dejó su bendición: una vida de rectitud, serenidad y amor compartido. Aún hoy camino dentro de ese regalo que sigue guiando mis pasos.”
                                                            
                                                            Ronald Rolheiser | En el Exilio
“Mi padre me dejó su bendición: una vida de rectitud, serenidad y amor compartido. Aún hoy camino dentro de ese regalo que sigue guiando mis pasos.”
                                                            Ronald Rolheiser | En el Exilio
Cuando la fe se oscurece y todo parece vacío, ahí puede brotar la experiencia más pura de Dios. El Viernes Santo y las noches oscuras del alma nos revelan un Dios que se entrega sin máscaras, más allá de nuestras proyecciones.
                                                            Ronald Rolheiser | En el Exilio
La verdadera mística no se busca en lo extraordinario, sino en el silencio del corazón. Allí, desnudos de toda apariencia, descubrimos quiénes somos ante Dios.
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Todos nosotros, hombres y mujeres, casados o solteros, con vida larga o corta, al final moriremos vírgenes, es decir, sin haber vivido la “sinfonía completa” de la existencia.
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Un buen matrimonio enseña más que cualquier curso. Es chimenea que da calor, mesa que ofrece alimento, vaso que soporta el dolor y cuerpo de Cristo que nutre al mundo. Así vivieron mis tíos: con fe, amor y hospitalidad, compartiendo su vida y sosteniendo a muchos con esperanza.
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La muerte de un hijo deja una herida profunda y antinatural que ni el tiempo ni la fe pueden borrar. Este artículo reflexiona sobre por qué ese dolor es tan persistente y cómo la fe puede ayudarnos a vivir con él sin eliminarlo.
Ronald Rolheiser | En el Exilio
Gilbert K. Chesterton, era gran amigo de George Bernard Shaw, el célebre dramaturgo, aunque Shaw, que era agnóstico, tenía serios problemas con la fe de Chesterton en Dios y, sobre todo, con su decisión de hacerse católico romano. 
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“Mi padre me dejó su bendición: una vida de rectitud, serenidad y amor compartido. Aún hoy camino dentro de ese regalo que sigue guiando mis pasos.”
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Cuando la fe se oscurece y todo parece vacío, ahí puede brotar la experiencia más pura de Dios. El Viernes Santo y las noches oscuras del alma nos revelan un Dios que se entrega sin máscaras, más allá de nuestras proyecciones.
Ronald Rolheiser | En el Exilio
La verdadera mística no se busca en lo extraordinario, sino en el silencio del corazón. Allí, desnudos de toda apariencia, descubrimos quiénes somos ante Dios.
Ronald Rolheiser | En el Exilio
Todos nosotros, hombres y mujeres, casados o solteros, con vida larga o corta, al final moriremos vírgenes, es decir, sin haber vivido la “sinfonía completa” de la existencia.