Según la selección que hace la Iglesia de las lecturas de hoy, la santidad de Dios y la pureza de su voluntad se unen con las obras de misericordia. Dios es perfecto, santo y misericordioso.

Según la selección que hace la Iglesia de las lecturas de hoy, la santidad de Dios y la pureza de su voluntad se unen con las obras de misericordia. Dios es perfecto, santo y misericordioso.
El primer domingo de Cuaresma es clásica la referencia a las tentaciones que Jesús sufrió en su experiencia de desierto, testimonio de su naturaleza humana y acreditación para decirnos una palabra de aliento cuando nos veamos sumergidos en nuestras luchas.
Ofrecemos esta dinámica para un Vía Crucis en clave contemplativa. Está pensada para jóvenes, pero puede servir a adultos.
La Cuaresma es tiempo de volver a Dios, tiempo para celebrar la misericordia, y experimentar la bondad divina, que supera toda debilidad. En algunas iglesias cristianas, tiempo litúrgico de preparación de la Pascua de Resurrección, desde el miércoles de Ceniza hasta el Jueves Santo, y que se caracteriza por ser un período de penitencia.
El ayuno es un ejercicio ascético, que libera el cuerpo, agiliza la voluntad, serena la mente, pacifica el corazón, despeja los afectos. El ayuno cristiano mira a Jesucristo, y desde Él, es más que negación es profecía.
Con ocasión de la Cuaresma os propongo algunas reflexiones, a fin de que os sirvan para el camino personal y comunitario de conversión. Comienzo recordando las palabras de San Pablo: «Pues conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el cual, siendo rico, se hizo pobre por vosotros para enriqueceros con su pobreza» (2 Cor 8, 9)
El mundo de hoy necesita que nosotros vivamos con verdad la cuaresma cristiana, hasta dar un testimonio que tenga fuerza de ungüento para sus llagas modernas.
Uno de los momentos más importantes, y más difíciles al mismo tiempo, en el camino de la vida, como en cualquier viaje, es cuando se elige la dirección que se debe tomar en un cruce. Y a nivel espiritual, a la hora de escoger una opción de vida.
Es tiempo de gracia, de conversión, de retornos, de higiene del alma y del corazón. Tiempo de acercarse a Dios, de relación fraterna, de crecimiento en la vida interior.
Vivir la cuaresma como entrada en la resurrección de Cristo, a través de la participación y asimilación de sus sufrimientos y su muerte, incluye una serie de actitudes de espíritu, entre las que cada comunidad y cada creyente debe discernir las que ha de encarnar sobre todo, según el estado de su fe
Hasta el siglo III la comunidad cristiana celebraba la pascua del Señor semanalmente, todos los domingos. Pero una vez al año se celebraba más solemnemente precedida de una breve preparación que consistía en el ayuno que se abría el viernes.